Lo público
Por increíble que parezca todavía hay cerebros reptilianos que consideran que una empresa, por ejemplo, un macelo (vulgo, matadero) como el de Noreña debe funcionar con arreglo a criterios de rentabilidad, adaptando la plantilla a la producción, y la producción a la demanda. Tamaña aberración liberal toma causa en que vivimos en un sistema económico, social, político que recibe el nombre de sistema capitalista. A ver si se enteran. El remedio vendrá sólo mediante un proceso de cambio real, donde predomine lo público sobre lo privado, el interés de las personas sobre el capital, mediante empresas públicas.
El diagnóstico (el sarcoma liberal) y el remedio mano de santo (la empresa pública) no los firma un inexperto mozalbete con coleta, lo firma Juan Francisco Cañete, secretario del Movimiento Obrero del PCA de Noreña, en un artículo de fondo sobre política económica. Sin quitarle mérito al señor Cañete, el espejo de la empresa pública, en el que el interés de las personas sale tan favorecido, lo tiene muy a mano en Feve, que pasa por Noreña. Feve, empresa pública con más empleados (muy amables, por cierto) que viajeros y que en un recorrido de 100 kilómetros, entre Llanes y Oviedo, consigue circular habitualmente sólo con 40 minutos de retraso.
El desajuste está en el atavismo liberal que se obstina en tomar a Feve por una empresa de transporte, cuando Feve es un juguete que los reyes les dejaron a los ferroviarios. El pringado que no tiene coche y necesita ir a alguna parte coge el Alsa. Pero el modelo integral lo tiene el señor Cañete en Albania, donde todo era público y no había paro. Aunque la verdad completa es que tampoco había mataderos porque, con el régimen, la población se había vuelto vegetariana. A no ser los secretarios del Partido Comunista de Albania (PCA), que seguían comiendo buenas chuletas. Como Dios manda.
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