El final del mastín
La noticia de la semana, quizá del mes o, si me apuran, del año, es la leída el día 29 de julio del presente año en este magnífico diario.
A partir de la señalada fecha quedan prohibidas las alarmas de los vehículos y casas, las cerraduras de las puertas y por si fuera poco las mallas o verjas de los negocios que se sitúan a pie de calle. Los malhechores, cuatreros y rateros nunca lo han tenido tan fácil. Perdón, me he confundido, lo que queda prohibido es el uso, tras siglos de historia, del mastín, el heroico defensor del ganado en nuestros montes, plagados de fieras.
Lo he comentando en mis dos anteriores cartas de opinión, detrás de cada ley, más absurda siempre que la anterior, hay algún poder oscuro, algún contrato o tratado entre países por el cual es necesario acabar primero con la ganadería española y, por supuesto, asturiana.
A día de hoy se prohíbe que determinadas especies viajen en camiones de 2 pisos, mientras otras sí pueden hacerlo, se afirma, sin analizar la carne del ganado, que no es apto para el consumo humano, se prohíbe a los dueños de los animales muertos dejarlos en el monte, para que después los buitres pasen de carroñeros a cazadores, aunque si ese animal murió por causa del lobo, su cuerpo puede pudrirse en la cuneta de una pista, que no pasa nada.
Pero esto de los mastines roza más aún si cabe el surrealismo, quiero decir, hasta el día de hoy, cada uno era libre de tener o no tener perros defendiendo el ganado, pero ahora no es que sea una elección del ganadero, es que directamente está prohibido, y no se da ninguna explicación, menos mal que decían que vivíamos en un país con libertad, porque la única libertad que nos queda es la de elegir a nuestros representantes, el resto está todo prohibido.
¿Para qué se prohíbe ahora el uso de mastines? ¿Es que nadie se da cuenta de que cada día aumentan más aún los daños de los lobos? ¿Es que los mastines ya no serán necesarios porque se va controlar la población del lobo en nuestros montes?
Es lo único que podría entender, que la Administración prohibiera los perros porque ya no fueran necesarios, pero si simplemente es prohibir por prohibir, sin pensar en las consecuencias, el futuro que nos espera es más negro que el carbón.
Quizá me confunda y sea justamente lo contrario, y se prohíban los mastines por si algún lobo choca contra sus carlancas, de ser así, el futuro sería más oscuro aún, porque significaría que la Administración ha abandonado ya totalmente a su suerte a los ganaderos asturianos, olvidando que cada día se come, no sólo en Asturias sino en el resto de España y otros países, carne y leche procedente de nuestra tierra, y si seguimos como en los últimos años, en menos de dos décadas no quedará ni una ganadería en Asturias, y aquí estará este escrito como prueba de que tenía razón, que no exageraba y espero no tenerla, pero mucho tiene que cambiar todo para que la ganadería no siga en declive, y el éxodo rural aumente cada día más. Todo está en manos de nuestros políticos.
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