Regreso al Jurásico
El pasado 5 de junio, en la sección de cartas que la Nueva España pone al servicio de los lectores, y bajo el epígrafe de Renovarse o morir, aprovechando el breve comentario que se realizaba en torno a las elecciones al Parlamento europeo, se hablaba de la necesidad de una profunda renovación política que, limpiando el oscuro pasado, diera luz a una nueva clase dirigente, con nuevas ideas y proyectos, capaz de regenerar la vida pública y restablecer la confianza de los ciudadanos. A este respecto, manifestaba mi extrañeza de que una persona que viene de vuelta de casi todo, con sobrados años para pensar en disfrutar del resto de su vida (Carpe Diem Memento Mori), como lo es el caso del viejo socialista Antonio Masip, pretendiera regresar a la primera línea de la política para recuperar, según manifestaba, la alcaldía de Oviedo. La verdad es que, en aquellos momentos, me pareció más bien una broma que algo serio digno de consideración. Unas declaraciones espontáneas, producto de una desubicación geográfica y temporal, sin la debida reflexión previa.
Ha pasado un corto tiempo y el PSOE tiene un nuevo secretario general, Pedro Sánchez, un hombre joven de 42 años que, entre otras cosas, pretende rejuvenecer el partido para darle un impulso hacia el futuro en un intento de recuperar la confianza del electorado, frenando la enorme sangría que han sufrido en las últimas confrontaciones electorales. ¿Qué pensará este hombre de las pretensiones de Masip, teniendo en cuenta de que ha considerado a Rajoy, una persona de 59 años, mucho más joven que el antedicho, caduco para el cargo que ocupa? ¿Qué posición tomarán en Ferraz al ver que Masip se ha tomado sus pretensiones en serio y que, lejos de aparcar su intento, como una loca y pasajera aventura de verano, está recabando apoyos para reforzar sus planes de presentarse a las primarias del PSOE como candidato para las elecciones municipales a celebrar en la próxima primavera? Particularmente creo que las recetas del pasado no son aplicables al presente. Los dinosaurios dominaron la tierra hace 65 millones de años y, por fortuna, más que por desgracia, ya no volverán, y, lo que es más importante, nadie los va a echar de menos.
Con respecto a lo anterior, no tiene desperdicio la columna Clave de Sol que, con fecha 02/08/14, y bajo el epígrafe Aspiraciones, dedica al personaje el veterano y excelente periodista Esteban Greciet en La Nueva España. Con su habitual talante, sin herir excesivamente, poniendo la cal y la arena en su adecuada proporción, creo que pone a disposición datos y argumentos sobrados para una profunda reflexión. El problema es que, quien más deba de hacerlo, lo estime oportuno y/o conveniente. En cualquier caso, sin duda, sería un buen consejo. Las ilusiones no se pueden negar a nadie, desde la más tierna infancia hasta el fin de nuestros días; pero, a medida que pasan los años, deben ir acompañadas, cada vez más, del sentido común.
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