Al nuevo Hospital, en tren
Parece ser que un domingo por la tarde cayó del cielo un nuevo hospital en un prado de Oviedo, pillando a todos desprevenidos... El Ayuntamiento de la ciudad, haciendo una sopa de letras con su transporte urbano; los servicios interurbanos de autobús autorizados a acceder, así de aquella manera, encomendándose más al bien común que a la legislación vigente; los taxistas, denunciando al Principado por ello y, de paso, defendiendo los intereses naturales de TUA; TUA, callada porque pertenece al mismo grupo de transporte interurbano de viajeros por carretera que, entre otros, accede al HUCA; las alicaídas operadoras ferroviarias Renfe-Feve y Renfe, en su limbo habitual, y el CTA... bueno, por CTA no me viene nada. El lunes el Hospital seguía allí.
Del lodazal anterior me sorprende y me resulta incomprensible que se ignore en la planificación de algo tan excepcional a un modo de transporte como el ferrocarril (venido a menos, pero aún con potencial). Apenas he oído comentar, y por supuesto no se contempla en la revolución del mapa del transporte urbano de Oviedo, la creación de una lanzadera de autobús entre el apeadero de La Corredoria y el Hospital.
Razones de peso para ello hay, ya que por las dependencias ferroviarias de La Corredoria (inauguradas en 2004) circula en día medio laborable, entre las 5.20 y las 23.59, un total de 225 trenes de viajeros, de los que 174 efectúan parada (podrían hacerlo los 225 mañana mismo), lo que supone el paso de un tren cada 5 minutos, sumando Renfe y Renfe-Feve. Sus buenas instalaciones, accesibilidad y ubicación en el centro de la espina dorsal del sistema ferroviario permitirían que accedieran al HUCA usuarios desde todos los puntos cardinales del Principado, gracias a una red ferroviaria que en Asturias se despliega por 37 municipios en cuyo territorio vive el 92 por ciento de la población y que cuenta con 188 paradas (146 en la zona central) en servicio.
En resumen, veo cómo se ignoran las tremendas posibilidades que proporciona esta gran arteria situada a menos de 2 kilómetros de la puerta de urgencias, rotondas incluidas, que se podría atender mediante un servicio de autobús directo con frecuencia de paso de 15 minutos y tiempo de viaje por debajo de los 10. Ello sería factible con dos autobuses de TUA y una letra más en su ensalada de líneas. Esta opción debería englobarse en lo que viene siendo una planificación integrada, eficiente, dialogada e imparcial de una red de transportes. Pero no.
Si permitir el acceso a granel de autobuses al recinto hospitalario, estirando líneas y tiempos de viaje, con el silencio del municipio y la bronca de los taxistas, es atender el bien común, entonces facilitar el acceso masivo y eficiente por ferrocarril a través de esta simple fórmula, ¿qué es?
Pablo Piquero Álvarez
Oviedo
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