Los funcionarios «arrimaos»
Un nuevo varapalo para la arbitraria Administración de nuestra Asturias. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias o TSJA anula la designación a dedo de más de 200 altos cargos funcionarios del Principado de Asturias, poniendo de manifiesto que los cargos nombrados deben ser ocupados a través de un concurso de méritos. Una vez más, esta Administración hace lo que le parece, esté o no acorde a la ley, convierte en normal lo que debe ser extraordinario. Y actúa como y cuando quiere, porque para ellos es muy sencillo pleitear con el dinero de todos, para defender sus constantes arbitrariedades en el sector público asturiano.
Recientemente, la carrera profesional y el litigio de la Escuela del Deporte, ahora «altos cargos a dedo», y mañana ¿con qué nos sorprenderán? Están cayendo en la más absoluta vergüenza, mientras juegan con los puestos de trabajo de los demás, impiden a los funcionarios promocionar por méritos propios y se justifican de igual modo diciendo que llevamos años con el mismo sistema de elección de cargos públicos. Impiden el progreso profesional de los funcionarios que trabajan en su día a día por ascender y para ello no hay mejor método que colocar a su vera a los «arrimaos», que sepan decir con la mirada clavada en el suelo: «sí señor, a sus órdenes, señor, lo que mande, señor». El diputado de IU Valledor lo decía el pasado mes en la Junta General del Principado: «Parece que de tanto luchar contra el franquismo se les han pegado los mismos métodos».
En Asturias parece que estamos acostumbrados a vernos inmersos en estos pleitos, producto de la desorganización de un gobierno asturiano que sólo puede aspirar a recoger las migas que nos dejen los otros españoles de la comunidad catalana. Desorientados en esta política de crisis que no saben gestionar y, encima, negando las evidencias mientras otros plantan berzas y lechugas (lo digo por los «brotes verdes»); evidencias como: el índice de paro actual, la pérdida constante de puestos de trabajo, la falta de recursos de la población, el desasosiego de las familias, la caída de las ventas en casi todos los sectores o la arbitrariedad del Gobierno asturiano.
Después del verano, cuando hagan las estadísticas del paro, nos dirán que ya estamos fuera de la recesión y que todo se acabó, y mientras, los que dejan de trabajar, buscarán nuevos empleos para poder vivir y pagar los gastos corrientes. Estos gobernantes llenarán la boca diciéndonos que hay más trabajo y que las estadísticas hablan por sí solas. Cuando lo que deberían sería gobernar por y para el bien de todos y dejarse de dar la palabra a las estadísticas que últimamente hablan demasiado y no siempre en la misma línea.
Con la claridad que creo que me caracteriza, puedo decir que los puestos nombrados irregularmente «a dedo» saldrán a concurso de méritos por imperativo legal, pero que los méritos que se van a exigir y baremar para cada puesto de trabajo serán en muchos casos o en casi todos los casos los que posea quien ya ostenta el cargo. Pensemos que además bareman los méritos otros funcionarios y, si lo van a hacer con el desconocimiento con que lo han hecho en las oposiciones de Primaria, me apiado de quienes se presenten a esos cargos. Nuevamente algunas personas podrán decir: «Me sobran méritos profesionales», porque existe una tendencia a poner límites en los méritos alegados. Y mientras se regalan millones de euros que tienen muchas cifras y obligan a poner muchos ceros, el resto de mortales contaremos los méritos y diremos que ya no necesito más, porque como dije en otra ocasión, las posibilidades de contar con números son infinitas, sin embargo para optar a los puestos de trabajo es normal que muchos digan: «Este apartado ya lo tengo completo» (completa la experiencia, las publicaciones, los cursos impartidos, dirigidos o recibidos, los puestos desempeñados, etcétera). ¿Quién puede entender que para un trabajo a alguien le sobren méritos? Signos más propios de un modelo restrictivo que de sistemas en pro del progreso, como dice la fotógrafo y grafóloga avilesina (para quien deseo una pronta recuperación). Ángela González, «matadero de ideas».
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