La factura del gas
Tras varios meses de quejas y reclamaciones interpuestas ante la empresa suministradora de gas natural, he decidido utilizar este medio para mostrar mi insatisfacción con el servicio de atención al cliente que dicha empresa me ha proporcionado.
Desde que me he independizado, tengo la costumbre de revisar el detalle de las facturas que pago, revisión que me ha llevado a descubrir que, aunque pertenecen al mismo grupo energético, las empresas que me suministran y me facturan la electricidad y el gas natural son sociedades diferentes y que aplican diferentes criterios cuando emiten las facturas a sus clientes.
En el caso de las facturas de electricidad, dejando a un lado el tema de la facturación mensual que nos han impuesto, tengo que decir que estoy conforme con las facturas recibidas. Constan de una parte variable que depende de los kilovatios consumidos y una parte fija en concepto de potencia contratada, impuesto sobre la electricidad y alquiler de equipos que tiene un precio fijo mensual y que prorratea correctamente, por exceso o por defecto, en el caso de que el período facturado no coincida con el mes exacto.
En cambio, cuando pasamos a hablar de las facturas del gas natural, la cosa cambia. La factura consta también de una parte variable en función de los kilovatios consumidos y de una parte fija en concepto de disponibilidad de los equipos. Las facturas de gas las emiten con frecuencia bimensual y en la facturación de la parte fija aplican un criterio que perjudica claramente al cliente. Si la lectura de los contadores la realizan para un período superior a dos meses, ajustan la parte fija y la prorratean por exceso, por ejemplo 2,10 meses; pero cuando el caso es el contrario, es decir, cuando la lectura de los contadores –y, en consecuencia, la emisión de la factura– la realizan para un período inferior a dos meses, no lo prorratean por defecto para ajustar, por ejemplo, a 1,90 meses, sino que facturan los dos meses completos.
En consecuencia, cuando se suman los meses facturados en concepto de disponibilidad de los equipos de las seis facturas recibidas a lo largo del año, me encuentro con que en vez de doce meses, he pagado trece.
Hace dos años, tras recopilar todas las facturas del año, puse una reclamación a la empresa suministradora de gas, y tras cinco meses de espera entre e-mails y llamadas, me devolvieron el importe facturado de más y me enviaron una carta de disculpas.
El año pasado se repitió la misma situación, tardaron más de seis meses en devolverme el dinero que me habían facturado de más, esta vez sin carta de disculpas.
Y este año, parece que la situación se convierte en rutina. He puesto una reclamación el día 14 de abril y la única respuesta que recibo cuando les pregunto por e-mail o por vía telefónica es que la reclamación se está tramitando en el departamento correspondiente y no me pueden dar más información.
Mi propósito con esta carta es intentar concienciar a los clientes de empresas energéticas de la importancia que tiene revisar las facturas. Las empresas se aprovechan de que la mayor parte de sus clientes recibe la factura, mira el importe final y espera sin más a que le pasen en recibo en su cuenta bancaria, de manera que la empresa puede estar facturando importes en exceso a los clientes que no les corresponden.
Puede que el importe facturado en exceso sea pequeño, pero si lo multiplicamos por el número de clientes de la empresa, esa cantidad pasa a ser más que cuantiosa, y estaría aumentando el resultado de las cuentas de dicha empresa, con un beneficio derivado del importe facturado de más a sus clientes.
Algo de contabilidad entiendo y, a mi saber, en las cuentas se refleja el resultado antes de impuestos y el resultado después de impuestos, aunque quizás haya empresas que también presenten el resultado después de robar a sus clientes.
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