Infarto oportuno
Recogéis a un perro y no os morderá. Ésa es la diferencia más notable entre un perro y algunos hombres.
Mark Twain
La noticia sobre que un hombre (52 años) fue atacado por un infarto cuando presuntamente estaba agrediendo gravemente a su mujer, en Alicante, este escribidor (vosotros, asimismo, seguro) lo celebra, vamos, que lo calificamos de infarto oportuno, si bien no deseamos que el agresor muera a consecuencia de ese ataque cardiaco. Verbigracia, no tiramos voladores por la muerte de nadie por muy canalla que sea, pero sí celebramos lo oportuno que ha estado el referido ataque dentro del pecho.
Si el infartado se repone, recordará, tendrá en la memoria para el resto –esperemos– la lección apuntada. Sí, un ser bien nacido recuerda de por vida sus acciones criminales tales como son esas agresiones a la mujer, a la pareja... a cualesquiera mujer, llegando, inclusive, a matarlas.
La memoria y el recuerdo. El recuerdo y la memoria. Para todos deberían ser de gozo, de hacer o haber hecho feliz a alguien.
Amables lectores, nos ratificamos en el título de esta Tacita y en todas las presentes líneas.
Despedida y cierre, 17.54 horas exactamente de hoy (ayer). La tarde está gris, tristona...
Érase una vez.
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