Obispos y mujeres
Erre que erre, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, hablando del aborto y, como hace habitualmente, haciendo comparaciones odiosas, diciendo barbaridades. El obispo donostiarra rechaza "titubeos e indecisiones" y compara la defensa del aborto con el derecho del empresario al despido libre. El obispo ha reclamado mayor firmeza, "sin titubeos e indecisiones" en la defensa de la reforma de la ley del aborto, "tan largamente anunciada y todavía no rematada", ha añadido. El prelado donostiarra ha realizado estas manifestaciones con motivo de la misa del día de la Virgen en la Basílica de Santa María.
Respeto lo que una mujer decida, mucho dolor tiene que sufrir cuando decide eso. Toda una vida de amargura para pensar en las consecuencias. Quizá si esos que dicen defender la vida ayudasen, acompañasen y diesen comprensión, las cosas fuesen distintas, porque una decisión así no se toma a la ligera, y la vida enseña a ser compasivo. Hay que ser buena persona para estar al lado de una mujer que toma esa decisión sin reproches, cuando tú no tendrías corazón para hacerlo. Procedo de una familia numerosa, sé lo que se siente rodeado de hermanos, aprecio mucho la vida y la familia. Pero las circunstancias pueden pesar demasiado y ser una losa que ahoga sin esperanza. La Iglesia, la de verdad, está al lado de los que sufren, sin distinción. Los otros, los de la pompa, beato, procesiones, buenas formas, los que pontifican hacen imposible creer en ella. Esos se convierten en meros mercachifles de la religión.
Por otro lado, yo no veo a los obispos poner el grito en el cielo, ante las tropelías sociales de la derecha española, ¿qué piensan los obispos de que en España se niegue la medicación a enfermos de sida, enfermos de cáncer, enfermedades varias o enfermedades raras, que en muchos casos se deje morir a niños porque las medicinas u operaciones son muy caras o a los inmigrantes irregulares sin derecho a la sanidad? Son ustedes unos hipócritas y fariseos.
Yo le digo al obispo que se preocupe más de los asuntos de la Iglesia sobre casos de pederastia, sobre las irregularidades de los dineros negros, sobre los casos de lavado de dinero, sobre las amistades con la mafia, sobre la corrupción dentro del Vaticano, que defender el antiaborto es como pedir el despido libre de los derechos de las mujeres y que se instale la Inquisición del Santo Oficio en la misma sede del cardenal con su filial en el Obispado.
La Iglesia, para meterse con la libertad del cuerpo de las mujeres, sí es competente, pero para resolver el sacerdocio y la entrada de la mujer en los órganos de la Iglesia la tienen excluida y para ellos no cuenta nada, y eso sí que es machismo, señor obispo. Ustedes son los culpables de que las iglesias y los seminarios estén vacíos, porque con sus declaraciones retrógradas y sus homilías insultantes la gente ya no les cree, porque ven que la Iglesia funciona más como un "lobby" que como lo que tendrían que ser, casa de oración y atendiendo a los más necesitados con obras de caridad, estando al lado de los pobres y con gente que tenga problemas; pero lo de ustedes hoy día es para hacérselo mirar.
Negar la libertad de la mujer es igual que cuando Rajoy dijo ayer que España va mejor porque ha aumentado el PIB. Las dos cosas son irreales y engañosas. El prelado donostiarra, que ya desató la polémica al afirmar que defender el aborto es machista, ha afirmado que éste es un tema que "afecta a la esencia misma de la sociedad civil" y ha subrayado que "los hijos que sobrevivan al aborto hoy serán los ciudadanos del mañana". Yo le digo que los hijos que nazcan hoy (la mayoría, no los de la casta) serán los explotados del mañana porque los explotadores ya los tenemos hoy, o no se ha dado cuenta, señor obispo, de cómo está la situación en España de hambre y miseria de muchas personas. Claro, la Iglesia está para otras cosas, por ejemplo, meterse con la libertad de las mujeres o con las leyes civiles que a ellos no les competen.
Háganle caso a su jefe, el Papa, que parece ser el más sensato, sabiendo lo que dice y hace, y, por favor, ustedes háganse una ITV y recíclense.
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