Lo importante la PYME, no el IBEX 35
No es el IBEX 35 lo que importa, dado que el empleo de éste es solamente un 3% del total, lo que nos interesa son las PYMES, que representan el resto, el 97% del empleo. Y todos sabemos que cuando el empleo mengüe será cuando se aviste el final de esta estafa llamada crisis. Pero casualmente el único índice del que nos hablan es del 35. Por qué no se crea un índice de las PYMES y cada mañana se dice cómo va. Qué me importa el 3% del empleo, me importa el 97% restante.
La bondad y el altruismo del gerente de la PYME son sospechosas de falsa generosidad por defender su estatus, su anhelo de fortuna, el mal con el que engaña la oligarquía al pueblo: "Todos podemos ser ricos". Estas torticeras enseñanzas impiden el ejercicio al gerente de aquellas virtudes y las PYMES perseguirán el máximo beneficio; máxima oligarca por excelencia y erróneo principio económico que siguen enseñando en las facultades de economía, como verdad única.
Si un gerente es avaricioso y sin escrúpulos nos llevará al neoliberalismo en cuanto tenga suficiente poder y consecuentemente persiguiendo el máximo beneficio pagará poco y venderá caro.
El problema estriba en el dónde, hasta dónde forzará el gerente de la PYME para obtener el máximo beneficio y éste dónde se encuentra y se basa en la cultura del director de la PYME. Hay que formar y educar a las PYMES para que el país sea fuerte y la riqueza se reparta de forma racional, no como ahora lo hace el neoliberalismo económico imperante.
Si una PYME por contra es solidaria y generosa hará un pueblo próspero y culto, sobre todo, con lo que tendrá prestigio social y un estatus económico seguro y solvente.
En los países más ricos se da la circunstancia de salarios altos, lo que indica un más equitativo reparto de la riqueza y esto se consigue en parte con gerentes cultos, no sólo deben prepararse los trabajadores, los gerentes de las PYMES deben estar preparados para formar parte importante de la sociedad en que están incardinados, formando parte de ella y teniendo prestigio social no sólo poder económico que al final siempre se vuelve contra él, bien porque otra empresa lo absorba o porque la siguiente crisis del capitalismo lo disuelva o porque el pueblo se dé cuenta de sus tropelías y no cuente con sus productos o servicios. Siendo solidario y generoso contribuirá al bien común y fortalecerá su presencia socialmente, perdurando, que al final es lo que importa.
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