Fiestas en Grullos
En Candamo, "las fresas" son la panacea del buen gusto. Grullos es portavoz de los grandes acontecimientos: celebramos nuestra sacramental, el día de nuestro patrono, San Bartolomé, y, como broche de oro, el festín extraordinario de tres niños que, por primera vez, se visten de gala para recibir el pan de la vida.
Son fiestas de gran alborozo donde se respira una gran felicidad: flores que adornan, procesión que nos alegra, niños felices y, entre ellos, una mano que dirige. También se me antoja pensar que este día puede ser un homenaje más que merecido para el bueno de don Luis, que desde el pasado mes de mayo es el párroco en activo más anciano de nuestra diócesis, con 63 años de servicio permanente a esta feligresía.
Una pequeña parábola me va a servir para transformar en aplauso estos acontecimientos.
Hubo un rincón de Asturias con un taller que aprovechaba los materiales de desecho, esos que se pueden rescatar de los contenedores de la basura (hierros oxidados, maderas carcomidas y otros objetos inservibles). De repente, y gracias a la creatividad del artista, todo queda armónicamente distribuido y transformado en una obra de arte.
En este viejo planeta no sólo hay materiales de desecho, sino que lo que más abunda son las personas de rehecho, ¿he dicho personas? No es difícil encontrar en nuestros pueblos y ciudades vertederos de estos seres humanos.
¿Dónde nos quedan aquellas normas de los derechos humanos? Pienso en las personas que no tienen acceso a la alimentación básica... Hay miles y miles de niños que combaten en guerras, no podemos olvidarnos de las familias del sida. De tantas mujeres y niñas compradas y vendidas. ¿Qué lección podemos sacar hoy nosotros en nuestras fiestas? Pues que necesitamos muchas manos de artistas capaces de rescatar esos derechos y convertirlos en el milagro de luz y manantial de alegría.
Éste es el milagro que hoy imploramos de nuestro patrono San Bartolomé. Nuestras manos suplicantes se elevan al cielo y bajo el báculo del amigo apóstol le presentamos al Divino Hacedor que bendiga, proteja y defienda a estos tres niños que hoy han recibido al autor de la vida. En ellos ponemos nuestras ilusiones y esperanzas.
Quiero pensar que nuestro guía y pastor de estas fiestas -estoy seguro, que por su mente y corazón, amén de nuestras súplicas fervorosas- hoy pide por Rosario, por Aarón y por Andrea, junto con Paula, que hace dos meses también fue fortalecida por el sacramento del amor, para que ellos, recogidos en los brazos de la esperanza, sean como vosotros lo sois, portadores de la verdad y del bien.
Yo, como padre y en nombre de los demás padres de estos niños que hoy son homenajeados, quiero dar las gracias por vuestra presencia y cooperación.
Para usted, don Luis, un sentido abrazo lleno de afecto y gratitud, y para vosotros, vecinos y amigos, el mismo abrazo y deseo de felicidad.
Siempre con vosotros.
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