El acto médico
Leo con estupefacción y un punto de incredulidad la carta enviada el 12 de agosto del presente año por la señora Pérez García, de La Manjoya, con el título de "A los ingresados en el súper hospital HUCA".
Yo creo que la carta está escrita bajo la influencia de una película de James Bond, pues en la misma y dirigiéndose a los potenciales pacientes escribe frases como ésta: "Utilicen también la tecnología, los móviles para fotografiar los medicamentos que nos ponen, grabar las conversaciones con el médico, consultar con internet". También en la misma carta aparecen frases llamando a la rebelión a los pacientes: "Niéguense a cualquier cosa que no vean clara, siempre hay tiempo para todo menos para las equivocaciones, los médicos no son dioses", o éstas otras que no tiene desperdicio: "Pero, ojo, con tanta tecnología puntera, si a tu médico se le olvida pautar tu comida, te quedas sin comer, dan por hecho que tienes dieta absoluta. No preguntan al paciente, para qué, es lo pautado por el médico", o ésta otra impagable: "Los médicos ¡nunca, nunca, nunca se equivocan!, pero la tecnología puntera que ahora no saben usar y los trae de cabeza en un futuro muy cercano los va a dejar con el culo al aire".
Bueno, pues aprovechando que soy médico hospitalario y aunque no trabajo en el mencionado HUCA, paso a explicar a esta señora y a los que opinen como ella, de la manera más sencilla posible, en qué consiste el acto médico.
El acto médico (ya sea en una consulta o en un ingreso hospitalario) es el que se realiza de forma libre y voluntaria entre un enfermo y el médico que le atiende, y donde se da por supuesta la buena fe en las actuaciones tanto del paciente como del médico. Dicho acto consta de cinco partes fundamentales a las cuales el médico tiene un derecho irrenunciable (porque los médicos también tenemos derechos, oiga): el interrogatorio del médico sobre la enfermedad que presenta el paciente para extraer los datos que considere útiles para llegar a un diagnóstico; en segundo lugar, está la fase de exploración, donde el médico explora al paciente para obtener más datos útiles para alcanzar un diagnóstico; a continuación, pasamos a la solicitud de las pruebas complementarias (radiografías, análisis, escáneres, resonancias, etcétera) que el médico estime necesarias para confirmar el diagnóstico; en cuarto lugar, llegaríamos al diagnóstico en sí de la enfermedad que presenta el paciente y, como colofón, proponemos un tratamiento al paciente.
Dejar claro que en cualquier momento del acto médico y dado que el mismo es libre y voluntario, el paciente en caso de no estar de acuerdo con lo que se le propone puede decidir no realizar una prueba diagnóstica o el tratamiento propuesto por el médico o que no le exploren. El acto médico en este caso quedaría herido de muerte.
La verdad es que en todo esto que he intentado explicar de forma clara y sencilla no veo qué lugar tienen ni internet, ni los móviles, ni que los médicos seamos dioses, ni las grabaciones, ni las fotos.
Esta respuesta sin acritud a esta buena señora de La Manjoya espero haya servido para aclarar en general en qué consiste el acto médico, el cual cada día que pasa se va difuminando más. Ah, y los médicos nos equivocamos como todo el mundo e intentamos hacer las cosas lo mejor posible, con mejor o peor fortuna.
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