Líder por arte de magia
Acaba de nacer un nuevo líder, el actual secretario general del PSOE. Este nuevo líder, por raro que parezca, hace sólo unos meses lo conocían únicamente en su casa a la hora de comer. Esto es como la magia, nada por aquí, nada por allí, y ahí lo tienen, ahora ya lo conocen en toda España. En poco tiempo pasó de líder anónimo a líder multitudinario.
Los líderes de antaño lo tenían más difícil, su popularidad y su liderazgo lo adquirían a través del tiempo y sólo por los hechos concretos que los definían esa trayectoria era una garantía cuando se confiaba en ellos.
Ahora los líderes aparecen de golpe, con una edad muy concreta, tienen que ser bonitos, esto es lo más importante, no necesitan haber demostrado nada relevante en su vida, ni en el terreno público ni en el privado; eso sí, es imprescindible que estén ubicados muy cerca de los líderes decadentes para que les transfieran sus talismanes. En definitiva, los nuevos líderes políticos en la actualidad parece que lo son por obra y gracia del Espíritu Santo.
Al cabo de aproximadamente diez años su liderazgo se desvanecerá, la gente que le aclamó renegará de él, comenzará el camino inverso, de presidente a simple diputado... y luego, eso sí, pasará a disfrutar de una vida placentera, no se tendrá en cuenta la eficacia de su liderazgo, puede dejarnos mucho peor que estábamos, pero eso es irrelevante. La vida de líder es muy sacrificada, tienen que estar nada menos que diez años de su vida de líder para poder tener el resto de la vida resuelta. Según los expertos en la materia, la causa de perder el liderazgo se debe al "desgaste político"; según otras muchas opiniones, simplemente se debe a haber hecho para el pueblo lo contrario de lo que prometieron.
Aquí en España ya tenemos muchos ejemplos de liderazgos políticos, y a partir de esos datos, jugar a ser adivino y acertar es bastante fácil.
El flamante secretario general del PSOE llegará a ser presidente del Gobierno de España, gobernará alrededor de ocho años y cuando la gente reniegue de él, que renegará, se retirará de la escena política, y para entonces comenzará el proceso de otro nuevo líder.
El buque insignia político del nuevo secretario del PSOE es el federalismo; sería muy malo que para resolver ciertos problemas escénicos de separatismo se decidiese romper lo único que, de momento, queda sin romper, que es la caja de la Seguridad Social. Si tenemos en cuenta las grandes diferencias económicas entre las comunidades autónomas, esas diferencias quedarían reflejadas en las jubilaciones, es decir, en vez de ir hacia la igualdad se iría hacia la desigualdad. Sería muy necesario que el nuevo líder lo explique bien para que no haya malos entendidos.
El nuevo secretario general del PSOE llegará a ser presidente del Gobierno y, por lo tanto, la suerte del federalismo está echada. El pueblo, a la hora de votar, bien por exceso de madurez política o por defecto, acertamos más bien poco, pero también es cierto que votamos al líder que pusieron otros. Es decir, nuestro voto es un voto de segunda mano. De cualquier forma, sufrimos las consecuencias. Al líder, en cambio, no le afectarán en su vida privada. Nosotros, como pueblo, también tenemos una responsabilidad. Valoremos más nuestro voto; ante la duda nos quedamos con él.
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