Perlora

25 de Agosto del 2014 - Octavio Sánchez Álvarez (La Corredoria (Oviedo))

En una época tenebrosa de un dictador llamado Franco, cuando se creó la Seguridad Social, se hicieron hospitales, residencias para gente mayor, viviendas sociales y universidades laborales como la de Gijón, donde se formaron algunos empresarios, se aprendía todo tipo de oficios y, como es natural, la gente conseguía trabajo en la especialidad elegida, cosa que ya no existe en la actualidad.

Todas estas cosas no me las han contado, sino que yo las he vivido, pues, al parecer, todo esto se ha conseguido con la democracia y Felipe González, siendo totalmente mentira, y es más, muchas cosas se han perdido, incluso la vergüenza, donde la libertad se confunde con libertinaje; me parece bien que se proteste reclamando tus derechos, pero estos terminan donde comienzan los de los demás.

La llamada ciudad sindical o ciudad de vacaciones fue construida en 1954, la disfrutaban 12.500 trabajadores a lo largo de ocho turnos, que daban comienzo a mediados de junio y concluían en octubre. Recibía visitas de miles de forasteros los meses de verano. Yo, personalmente, la he disfrutado cuando era más joven junto con mi familia, por un precio módico donde se incluía desayuno, comida y cena, además de un chalé individual para residir.

Actualmente, gracias al anterior presidente de la comunidad, señor Areces, socialista él, que quiso especular con una ciudad, como ya he dicho anteriormente, ciudad de vacaciones para la gente trabajadora, ha quedado totalmente abandonada y ahora se está intentando reconstruir.

Ahora que ya está quedando más o menos decente, todo tipo de personas, sin hacer caso de ninguna norma, meten perros, lo que está totalmente prohibido, hacen hogueras no permitidas, se bañan vestidos, etcétera.

Yo creo que para evitar todas estas anomalías y abusos, además de una vigilancia había que cobrar, como se hacía anteriormente, sobre unos tres euros por vehículo, y así tener para su mantenimiento; los chalés, alquilarlos por temporadas de una semana o quince días, a un precio más o menos asequible.

Para terminar, que tengan en cuenta que ésta es una ciudad de vacaciones hecha para los trabajadores.

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