El fíu pequeñu de Milagros
Quiero aprovechar este medio para escribir unas palabras, pero haciéndolas suyas a un gran colectivo de amigos de Alfredo Suárez.
Recientemente nuestra ciudad ha perdido a uno de sus grandes hombres. No fue un buen letrado o un gran político, ni un destacado arquitecto, pero sí desarrolló una dedicación constante de trabajo en su empresa con honradez, humildad, valor y agallas.
También ejerció otra labor, la cual conocemos bien su colectivo de amigos; esa labor fue la de excelente persona y muy buen amigo, dos virtudes que hicieron de él un gran hombre.
Las fiestas y celebraciones dejaban de serlo si no contábamos con su presencia, contando sus anécdotas y cantando sus canciones. Se preocupaba siempre del bienestar de sus amigos, apoyándoles y aconsejándoles. Sin olvidar su altruismo, donando pescado a los más necesitados.
Era un hombre ajeno al rencor, él decía que todos teníamos enemigos, pero que no había que preocuparse por ellos, sólo saber quiénes eran y dónde estaban.
Él donó la "langosta de hierro"... y tiene logrado el "corazón de oro".
Sus amigos y yo presumiremos siempre de ser amigos del fíu pequeñu de Milagros.
César Suárez
Oviedo
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