La fiesta indiana de Trasona, un rotundo éxito
Me atrevería a decir, sin temor a equivocarme, que todas las personas vinculadas de una forma u otra a Trasona estamos encantadas porque, tras catorce años sin festejos (concretamente desde el año 2000), se celebraron este año las fiestas de San Pelayo, lo que hay que agradecer a las diferentes asociaciones que hay en el pueblo y a un grupo de personas entudiastas (imprescindibles siempre para la organización de cualquier evento), entre las cuales quiero destacar de forma muy especial a las hermanas Rosi y Loli Rodríguez Ortega (hijas de Caridad y Belisario “ElRoxo”), que que fueron capaces de contagiar a todo el mundo su entusiasmo y su ilusión, haciendo gala de una entrega y dedicación fuera de lo común.
No sólo se plantearon recuperar las fiestas patronales organizando una romería tradicional, en la que hubo de todo, sino que también tuvieron en cuenta detalles muy importantes desde mi punto de vista: en primer lugar, el no olvidarse de nuestros mayores haciendo entrega de una placa a Manuel Ángel “Reguera” (la persona viva que más años presidió la Comisión de Festejos) y a María Fernández Gómez y Emilio Fernández Suárez (las personas de más edad residentes enTrasona); y, en segunda lugar, el hecho de que Manolita y Paulina (las primeras reinas que hubo en unas fiestas, en los años 1962 y 1962, respectivamente) impusieran la banda a Carla y a Ainhoa (reina y reinina de este año), con lo cual estoy segura de que se intentó tender un puente entre el pasado y presente.
Pero, además de todo esto, Rosi y Loli tuvieron la genial idea de incorporar a nuestras fiestas una comida indiana, que se celebró el día grande (el domingo) y que resultó ser un éxito total. El hecho de que haya habido una respuesta masiva por parte de todo el pueblo (se inscribieron 658 personas) ya es un éxito en sí, pero que la gente haya ido vestida de indiana e indiano hace que el éxito cobre una dimensión especial. Y el gesto de Loli, de regalar un abanico a las mujeres y un sombrero a los hombres, es un ejemplo de generosidad sin parangón, que no tengo palabras para calificar ni para agradecer, pero puede estar segura de que las personas asistentes los conservaremos para siempre con un gran cariño.
Estoy plenamente convencida de que quienes en otro tiempo hicieron todo lo que pudieron por nuestros festejos y ya no están entre nosotros, como por ejemplo Isidro (mi padre) y otros entusiastas como él, se sentirían muy felices de ver el nuevo impulso que tomaron las fiestas de SanPelayo, gracias al gran trabajo realizado.
No me cabe la menor duda de que el año 2014 marcará un hito muy importante en la historia de Trasona porque el pueblo dio un ejemplo de unión y solidaridad dignos de elogio con motivo de sus fiestas, lo que contribuirá a que estas se hagan un hueco a partir de ahora entre las más importantes del calendario festivo asturiano.
Para terminar desearía dar las gracias a todas las personas que hicieron realidad lo que, en principio, parecía un sueño y felicitarlas por tan rotundo éxito.
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