La pasarela peatonal de la desembocadura del Nalón

Han pasado 23 años desde que Juan Luis Rodríguez-Vigil, como presidente del Principado, hablara por primera vez de Puerto Norte, proyecto ideado para la desembocadura del río Nalón, cuya maqueta se presentó al año siguiente en la Expo-92 de Sevilla; aún recuerdo aquel soberbio prototipo que, por un momento, hizo soñar a los asturianos con sus campos de golf, balnearios, pantalanes, yates, chalés con jardín a la ría, navegabilidad del río hasta Pravia y la pasarela. Aquel ideal no fue posible en su conjunto; sin embargo, sí se realizaron pequeñas actuaciones que fueron mejorando la ría y los dos pueblos situados en sus orillas: dragados, piscinas, pintura de fachadas, etcétera. Esto, que algunos han denominado sanear antes de actuar, logros muy importantes sin duda, no es nada excepcional si se tiene en cuenta que en todos los pueblos de la costa se han realizado mejoras, y, desde luego, aún está muy lejos de asemejarse a aquella grandiosa aspiración más que justificada para el estuario del mayor y más perjudicado río de Asturias.

Ría y puerto carbonero ignorados en el reparto de los fondos mineros que desde 1990 se otorgaron para la reactivación y recuperación de zonas castigadas por dicho mineral a causa de la mala gestión de nuestros gobernantes -municipales, autonómicos y estatales, como bien dijo en su día Xuan Cándano-, quienes consintieron que dichas ayudas fuesen destinadas a los concejos con minas en su territorio, obviando a aquellos que no las tenían, pero sufrieron idéntico y tremendo impacto sobre sus riberas y playas, las cuales tardarán siglos en autorregenerarse.

Es opinión unánime en la zona que de todas las necesidades actuales -que son muchas- la más importante e imperiosa es la pasarela que uniría San Juan de la Arena y San Esteban de Pravia, pueblos que no tienen más remedio que aunar esfuerzos y recursos, porque no les dejan otra opción de progreso más que el turismo. Sin embargo, tras más de veinte años de promesas electorales, cuando ya se disponía del acuerdo del Pleno de la Junta General de Principado en junio de 2009, ya había salido a información pública el proyecto en enero de 2010, superados los informes medioambientales, y a falta sólo de la adjudicación y ejecución de la obra, no hubo consignación en los Presupuestos de 2011 y desde entonces ni palabra. La crisis económica actual parece ser la causa, aunque tampoco consta que ésta se haya intentado paliar con la solicitud de ayudas o subvenciones a la Unión Europea, como por ejemplo la proporcionada por el programa "LIFE" (que ya cuenta con muchos años a sus espaldas y cuya última convocatoria se abrió en 2014) para propuestas relacionadas con el medio ambiente y el crecimiento sostenible, como sí hizo en 2013 el Ayuntamiento de Basauri (Vizcaya) para costear el 50 por ciento de la pasarela que unirá los barrios de Urbi y Ariz sobre el río Nervión, un caso muy similar a éste.

La señora alcaldesa de Muros de Nalón, Carmen Arango, en declaraciones a este mismo periódico el día 25 de agosto, ha explicado la situación del concejo y su previsión de futuro sin hacer ninguna mención a la pasarela. Una vez más, nuestros políticos parece que han optado por recitarnos el poema de Pablo Neruda que comienza diciendo: para que nada nos separe, que no nos una nada. Se les olvida que un programa electoral es un contrato tácito entre candidatos y votantes basado en la confianza y el interés mutuo, que una promesa electoral genera unas esperanzas que hay que cumplir -en este caso, hay que decir que se ha cumplido todo lo pactado por el votante, y nada de lo prometido por parte del beneficiado candidato-; y si por incumplir las promesas electorales nuestros mandatarios no están obligados por ley a pagar un coste económico ni tampoco nos ofrecen otra satisfacción a cambio, sí deberían pagar un coste político: 1) la pérdida de credibilidad por la traición sucesiva a las demandas del elector y, con ello, el distanciamiento y desinterés de la parte perjudicada; 2) el desprestigio y deshonor de la parte que no cumple y, por tanto, el convencimiento de su incompetencia y falta de capacidad por la otra parte, y 3) como consecuencia irremediable, la pérdida de votos.

Faltan sólo nueve meses para las elecciones municipales y autonómicas de 2015. Con vistas a ellas sería razonable y legítimo que nuestros representantes tuvieran conocimiento de lo que pensamos muchas personas de ambos concejos:

-No nos prometan a la ligera lo que no tienen seguridad de cumplir; no nos creen expectativas.

-Si durante todos estos años no se ha conseguido nada para el bajo Nalón -con sus especiales características y graves daños medioambientales- que no hayan conseguido para sí los demás pueblos costeros de Asturias, ya es momento de que nos compensen de una u otra manera.

-Las promesas son olvidadas por los líderes, nunca por el pueblo, escribió Giuseppe Mazzini. Efectivamente, a nosotros no se nos olvida la pasarela; y como es una promesa reiterada y pendiente de cumplimiento, en cuanto el obstáculo que lo impide se supere, aunque sea livianamente, y haya el más mínimo remanente de caja, esperamos ver cumplido lo que tantas veces se nos prometió.

-Y, por último, dado que se ha quebrado totalmente la confianza que teníamos en nuestros dirigentes a causa del incumplimiento sucesivo, en el breve período de tiempo que queda hasta las mismas, roguemos para que todavía tenga remedio lo del distanciamiento y desinterés, lo del convencimiento de su incompetencia y todo lo demás.