De Asturias a la Costa Azul francesa
Asturianos/as que se encuentran en la plenitud de su madurez existencial vengan a disfrutar de la Costa Azul francesa, y de paso evitarán que sus hijos sean esquilmados por el Gobierno del Principado de Asturias. Así de sencillo lo tienen ustedes, hombres y mujeres de naturaleza y vecindad asturiana de toda la vida, que han trabajado mucho y duro para conseguir el patrimonio que ahora poseen; sus hijos se lo agradecerán profundamente, porque cuando a ustedes les llegue el momento de pasar a mejor vida (saben que es inevitable), ellos no tendrán que pagar tributos miserables y bochornosos y que determinan la voracidad recaudatoria –voracidad recaudatoria– de los mandarines de turno del Consejo de Gobierno del Principado de Asturias (léase hoy, V. A.: y cuatro amigos más) y, como saben perfectamente, lo hacen mediante el anacrónico e institucional revolucionario impuesto de sucesiones.
Estos embaucadores mediáticos de turno que no dieron "golpe" en toda su vida, ni lo van a dar ya, son los que prometen hacer antes de las elecciones y una vez pasadas éstas lo incumplen, vulnerando lo ofrecido al pueblo a cambio de los votos, que les permite a ellos autoponerse los grandes sueldos y dotaciones de gastos a manta, son los mismos que cuando tienen que acudir a un evento de cara al pueblo visten con traje de pana gorda y, de contrario, cuando van a "otros eventos" que no se nombran (de momento, aquí) lo hacen vistiendo traje a raya diplomática, "inglés", y subidos a coches de sesenta millones de euros, que son conducidos por chóferes uniformados que, por supuesto, también pagamos los asturianos.
(Salvamos que se encuentran ya en la "cuenta de protección"; ¿qué harán antes de fosilizarse políticamente? Volverán a su ya olvidada profesión de maestros; si es así, que Dios salve a los niños.
Asturianos mayores (nuestros padres), un pequeño apartamento en propiedad y/o alquiler (un mes es suficiente) sirve para salvar el trance y posibilitan hacer el doblete. Disfrutar de Perpiñán, Saint-Tropez, Cannes, Niza, Marsella, Montecarlo, etcétera, villas bañadas por el mar de la Costa Azul francesa, es para no pensárselo, máximo si con ello evitan que unos bandoleros esquilmen a sus hijos.
El dinero es para quien lo trabaja y no para los que están "echaos" todo los días, tocándose los huevos y pensando en vivir ellos como Dios.
Asturianos/as, descendientes de don Pelayo, no lo piensen más y háganlo por ustedes; háganlo por sus hijos; háganlo por honor; háganlo por sus santos co....., pero háganlo.
Luis Javier González Suárez
Viella (Siero)
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