Medicina muy amarga
Conversando con unos conocidos, se lamentaban que un hijo de ellos, ya en la treintena, aún no consiguiera ni un solo trabajo. Yo, por mi parte, y según las últimas elecciones y encuestas, comenté el posible empeoramiento por la deriva hacia una sociedad aun más de izquierdas, como la que asesora Podemos. La respuesta que recibí fue de lo más inesperado.
Cuando se hizo la reconversión industrial, con la izquierda en el poder, se optó por la política de apaciguamiento y mantener la paz social. En vez de reconvertir y modernizar, se subvencionó y pensionó millonariamente. Felipe González llegó a decir lo de "España es un país de servicios". Coetánea a Felipe, gobernaba en Inglaterra Margaret Thatcher, teniendo que gestionar la mayor crisis desde la II Guerra Mundial en aquel reino. Muy pocos la apoyaron por sus duras recetas: "La medicina es muy amarga, pero necesaria para mantener vivo al enfermo", decía. Ni los sindicatos la pararon. Una década después, Gran Bretaña volvía a la grandeza de su historia. Esto explica por qué los españoles emigran a Inglaterra y no al revés. Allí se potencia el tejido industrial. La medicina que tan amorosamente nos evitó la izquierda, hoy la tienen que tragar amargamente nuestros hijos y nietos.
¿Por qué los españoles están tan seducidos por la izquierda? ¿Por qué ese levado de cerebro? Más de una vez escuché a personas muy fiables comentar que en la Transición el PSOE llegó a un acuerdo "tácito" para aceptar la Monarquía, con la premisa de que lo progresista prevaleciera en la sociedad española. Hace poco con motivo del debate monarquía-república, el señor Rubalcaba dijo: "El PSOE es un partido de hondas raíces republicanas, pero en la Transición llegamos a un pacto (!) para aceptar la monarquía".
Esto nos explica por qué la educación siempre estuvo en manos socialistas; su prensa, la más divulgada (metida en colegios, institutos, universidades, organismos del Estado, etcétera); la radio, con más postes (antenicidios incluidos); la televisión, descaradamente manipuladora, ayudándolos el PP, incumpliendo los dictados de la C. N. C. sobre los medios. Así los ridiculizan con más eficacia. Ni una televisión generalista los respeta. Esta derecha taciturna ni se queja.
Cuando un pueblo se autoengaña, vive en la trampa permanente y es "carne de gallina", como la película de este título que retrata la reconversión y extinción de la minería, advirtiendo que sólo quedaría un museo.
Por eso Churchill dijo: "El socialismo es la filosofía del fracaso, la ignorancia y el evangelio de la mentira; su virtud es repartir miseria".
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