¡Y con estas empezamos septiembreE!
Pues así es, ya estamos en el mes de septiembre, a tres meses de terminar el año, y a ocho, de la próxima cita electoral. Por atrás, quedan cuatro años de luces y sombras en la política española. Y un panorama sombrío en la concerniente a la patria de nuestros amores, que ha sido, y nadie lo puede negar, la más desfavorecida, en este nuevo concepto de la solidaridad interregional.
Echar la vista atrás, es comprobar que nadie nos sigue. Hacerlo hacia delante, es darnos cuenta, que estamos a la cola de las luces, que se han encendido en el resto de España.
Nadie, que sea objetivo, que tenga un minino de información, o simplemente que viva la realidad sin aditivos - aunque le hayan recetado Prozac -, puede darse cuenta de la paupérrima situación por la que atraviesan los asturianos. No existe sector, productivo o de servicios, que no esté peor que hace cuatro años. Y si a esto le añadimos la irresponsabilidad política de quienes jugaron a ser mas colaboracionistas que pragmáticos y realistas, dando una y otra vez balones de oxigeno a una Gobierno que bajo el slogan de la estabilidad política, hizo de ella, una de las mayores inestabilidades, sociales, económicas, políticas y culturales, que quien esto puede afirmar ha conocido.
¿Alguien, dentro del mundo de la economía, o de la salud, o de la cultura, o de la solidaridad, o de la familia, o de la educación y hasta del deporte, puede decir al día de hoy, que ha servido para algo el apoyo dado, al Gobierno socialista en el Parlamento y fuera de él?. Si son sinceros dirán que no. Pero en cuestiones de política, la sinceridad dejo de estar de moda hace mucho tiempo. Como se dejo la ética, la moral, y el decor, si no he escrito mal el decoro.
En estos cuatros años hemos asistido mas a la contemplación impertérritos del negocio entre partidos, que al ejercicio noble de la política como medio para conseguir el bien común y la justicia social. Se han perdido cuatro años en acuerdos solapados y antinaturales que solo favorecían a los mismos. Tan solo la acción de la justicia ha podido -en muy pocos casos- reconocer el agravio por el que la desidia, el abandono y el centralismo, han ocasionado a esta Asturias que todos llaman patria, pero que al final, la venden al mejor postor. No me extraña que haya quien quiera modificar la letra de nuestro himno, pues oírlo en boca de algunos en un sacrilegio. Pues quien quiere a esta Asturias de mis amores se habría subido al árbol habría cogido la flor, que es la demostración más bella del amor a una tierra, y darla sin marchitar,a todos los asturianos. Pero lo que han hecho, y párese el lector un minuto a meditarlo, ha sido - eso sí- subirse al árbol; coger la flor.Y pisarla, para después dársela a los asturianos. Pero no se preocupen los apátridas,¡claro que recogemos la flor! Pero para volver, a ponerla en el árbol. Y así, aquellos que vengan detrás, podrán lucirla con todo el esplendor, y sentirse orgullosos de ser asturianos.
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