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¡Empleo, empleo y empleo!

23 de Septiembre del 2014 - Ángel Lozano Heras (Oviedo)

Que se dejen de pamplinas y que no les entren las prisas interesadas. Ahora no tocan esas ideas peregrinas y electoralistas del PP. Que se enteren: no nos preocupa ahora a los españoles, como prioridad urgentísima, el tema de los aforados. Que no nos den la paliza con el cuento de que van a regenerar democráticamente las instituciones y que es de vital importancia para España la elección directa de alcaldes que propone Rajoy.

Por activa y por pasiva, le decimos al presidente Mariano que la reforma electoral y el desafuero se hagan después de las elecciones de mayo de 2015. Y que los políticos que gobiernan, los peperos a la cabeza, se pongan las pilas de una vez, para hacer crecer la economía española. ¡Empleo, empleo, señor Rajoy! Éste debe ser es el objetivo prioritario de la clase política, que cobra, religiosamente cada mes de las arcas públicas, una apreciable nómina.

Se habla ahora de la segunda reforma laboral, principalmente auspiciada por la gran empresa, con ideología casi ultraneoliberal. Uno de sus asesores más atrevidos, Francisco Aranda, presidente de asuntos laborales de la CEIM-CEOE, afirma ni corto ni perezoso que en esta segunda reforma laboral el Gobierno del PP debe dejar de lado ese lenguaje arcaico del empleo de calidad y precario de que tanto gusta la izquierda apoltronada. Y afirma el señor Aranda, que lo que es precario es el paro. O sea, pide que se contrate a los ciudadanos con un salario mínimo, irrisorio, que no dé más que para comprar el pan, la leche y tener un techo para vivir. Así el trabajador será feliz porque tiene una colocación, al menos. Nos llama agoreros de carné a los que defendemos retribución y trabajo dignos, y que las ganancias empresariales sean prudentes y se repartan los beneficios en fortalecer la empresa, los trabajadores y el empresario, con equidad ¿Utopía nuestra? ¿Miseria empresarial?

Las ventajas de la primera reforma laboral para las empresas fueron la flexibilidad en el despido y en la contratación precaria. Los recortes salariales mejoraron la productividad. Y lo que ahora proponen esos grandes pensadores de la CEOE es más de lo mismo, pero a lo bestia: despidos sin coste hasta un año en la contratación indefinida; realizar muchos y más cortos contratos a tiempo parcial; bajar salarios, bajar y/o desaparecer los impuestos de las empresas; más ERE, etcétera.

Nos esperan 40.000 millones de euros de recortes en los tres próximos años: es una promesa en firme del ministro de Economía a los inversores extranjeros.

Y luego nos viene Juan Rosell, el jefe de la patronal española, afirmando que ellos han subido los salarios y que ninguna (gran) empresa los ha rebajado este año. Y que, por lo tanto, hay que flexibilizar los mercados de trabajo, o sea, más ERE, despidos y bajadas salariales. ¿Vive en España este individuo o nos está tomando el pelo a los trabajadores?

¿Tendrá razón el mentiroso de Rajoy al llamarnos catastrofistas? Pero la cruda realidad es que, a día de hoy, en España la tasa de paro sólo baja unas milésimas, la de pobreza sube, las pagas medias están bajando, las rentas caen, el modelo de protección social merma, las pensiones están recortadas, no fluye el crédito. ¿España va bien?

Por cierto, los altos directivos, ejecutivos, políticos y demás castas, ¿qué dirían si, porque son malos gestores, cada año los echamos del curro tan guay que tienen y/o les rebajamos sus retribuciones porque la reforma laboral y la crisis lo requieren? Empecemos la regeneración democrática y la segunda reforma laboral por ellos, por sus cargos, nóminas y puestos de trabajo.

Otra vez recortes de todo tipo. Y cuando se vislumbra algo de recuperación el Gobierno del PP vuelve a las andadas: aprovecha la construcción y el turismo de bajo coste y borracheras como vivero de empleo precario y de baja estofa. La nueva estrategia de activación para el empleo (2014-2016), aprobada por el Consejo de Ministros hace unas semanas, está pensada más bien para facilitar que sobrevivan empresas, algunas amigas, muy relacionadas con militantes del partido de la gaviota azul. Son medidas que antes habían fracasado para crear empleo, pero sí han favorecido a esas empresas.

O sea, que nuestros parados, sean de larga o corta duración, jóvenes, o mayores o menores de 55 años, lo tienen claro. Aquí no se van a subir los jornales ni se va a disparar la recuperación del empleo, a pesar de los augurios utópicos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, aunque se ampare en la Virgen del Rocío. Hace unos días la OCDE le quitaba la razón y le daba un buen varapalo y una básica lección de economía neoliberal. No hay capitalismo sin consumidores, y menos si a estos les bajan continuamente, año a año, las retribuciones.

Pero no nos extrañemos de esa regañina de la OCDE, ya que también un informe de la ONU en su día acusó a Rajoy de llevar a la pobreza al 22% de los españoles, y que uno de cada cuatro niños viven en familias sin apenas recursos.

¡Empleo, empleo y empleo, ya, señor Rajoy! Póngase las botas cuarteleras y de una vez, sin mentiras, luche sin cuartel, como tanto cacarea, contra el paro.

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