David Ruiz y La Granda
LA NUEVA ESPAÑA (día 4 de septiembre) un artículo del señor David Ruiz en el que utiliza su conocido argumentario marxista-leninista contra todo bicho viviente que no se acomode a sus prejuicios del materialismo dialéctico tan caduco como trasnochado hace años, desde que la caída del Muro de Berlín dejó en evidencia los presupuestos ideológico-político-económicos que sometieron a los países comunistas a unas condiciones dramáticas que aún perviven en muchos de ellos, con "Archipiélago Gulag" incluido.
Utilizando el tópico “el Pisuerga pasa por Valladolid”, arremete de forma sectaria contra la trayectoria política de personas como Teodoro López-Cuesta, a quien acusa, ahora difunto (no se puede defender), de torpe maniobrero, o Juan Velarde Fuertes, de falangista advenedizo. El que haya salido a relucir el tema de La Granda este verano no ha sido por esa retahíla de incongruencias que expone el señor David Ruiz, sino por la obra torticera del PSOE gijonés, que ha lanzado a la palestra a una concejala para que sirviera de punta de lanza a algunos diputados/as socialistas a los que no se les conoce actividad parlamentaria alguna, sino de palmeros de Rubalcaba, jubilado como político activo. Estos parlamentarios no tienen otra cosa que decir y hacer que acosar al Gobierno de la nación con preguntas impertinentes sobre una subvención que la alcaldesa de Gijón (contra la que va dirigida realmente la maniobra) concedió al curso sobre Jovellanos, en el que tuve el gusto de participar como ponente con la comunicación "Aproximación a la prosa retórica de Jovellanos".
Tienen el PSOE en Asturias que dar cuenta de otras cosas mucho más importantes como son la dilapidación de los caudales públicos (Niemeyer-"Marea"), de la que habla Jovellanos en su "Memoria en defensa de la Junta Central", sin duda alguna una de las cumbres de la prosa retórica contra la corrupción política y económica. Al artículo de don David Ruiz "Entresijos de la Fundación de Estudios Hispánicos" le sobra ideología comunista y le hace falta rigor histórico.
Fidel García Martínez, catedrático doctor
Avilés
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