Una bandera ilegal e inoportuna
Fue la exhibida por el cantautor catalán Serrat en el concierto de Víctor Manuel, politizando así un gran acontecimiento musical y festivo que dio paso a las tradicionales fiestas de San Mateo. Esa bandera, que no es la de Cataluña, sino que representa al nacionalismo sedicioso que se quiere ir de España y, por tanto, ilegal, ha sido un insulto a Oviedo y a todos los asturianos. Sí, todo está politizado en este país de coña y pandereta, y como sigamos así nos iremos todos a hacer puñetas.
Muy peligroso es ya lo de Cataluña. El desafío soberanista llega ya hasta la desobediencia civil del pueblo catalán -Junquera dixit-, que supone enfrentarse al orden y al poder legal constituido. Bueno, pues esta amenaza no parece haber importado al don Tancredo de la Moncloa, al fiscal general, al Tribunal Constitucional ni a Rita la portera. Nada, que todo se ha desmelenado en Cataluña con esa locura separatista, que no tiene otro objeto que tapar el marrón corrupto, de CiU, como lo es el famoso tres por ciento, lo de Banca Catalana y ahora lo que se acaba de descubrir de Pujol -que no se sentará en el banquillo ni devolverá una perra, el muy "deshonorable"-, pringue en el que, al parecer, pueden estar el reyezuelo Artur Mas y cuantos malgobernaron Cataluña después del "molt" honorable Tarradellas. Hala, y con el cuento de la independencia, a tapar la caca corrupta, saqueos y sucios manejos. Tremendo. Y sorprendente que para esta farsa separatista, sediciosa e indigna nos venga ahora un obispo catalán pidiendo públicamente el voto. Sin más comentario.
Sí, lo de Cataluña es verdaderamente preocupante. ¿Y qué dicen o hacen Mariano Rajoy y su Gobierno? Creo que en España, política y responsablemente, no hay nadie en su sitio, ni Gobierno ni oposición. Nadie. Y el pueblo, abatido y desolado, siendo por la crisis, además, el más afectado. El ciudadano sí está en su sitio, pero desamparado.
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