Sin vacaciones
Crisis, sí, pero vacaciones, ¿para quién? ¿Para esos cuatro millones y pico de ciudadanos que han perdido su trabajo y están ahora en el puñetero paro? A los que la "telepedorra" esa insulta a diario con tanto anuncio de viajes de placer, cruceros de lujo, veraneos y vacaciones en paraísos de ensueño, que sólo están al alcance de los económicamente fuertes, los de Visa de oro, los que guardan esos billetes de 500 machacantes, muchos de ellos de dudosa procedencia. Y los políticos, caramba, sus excelencias y señorías, que cobran un buen pastón. Y de vacaciones se van todos, en plenas crisis -la política y la económica, a cual peor-, siguiendo el ejemplo de nuestros dos "mandamases": el Rey y el presidente del Gobierno, que debieran dar ejemplo de sacrificio y austeridad, y no abandonar el navío carpetovetónico cuando está haciendo agua por todas partes.
La Familia Real, que no pasa por sus mejores momentos, a su palacio de verano en Mallorca (¿por qué no rota por otros lugares de España y hace lo mismo en invierno con el esquí?), para disfrutar de "bribonas" singladuras por el Mediterráneo y de cuanto es propio de la real estancia allí, por mucho que se diga que, con la crisis, todo será este verano muy restringido. La mejor restricción, y ejemplo, es quedarse en casita -bueno, la Zarzuela no tiene nada de casita- como los miles y miles de trabajadores que están en el paro. Ejemplo, así, y solidaridad.
Que debiera compartir también el presidente del Gobierno, que seguro que en agosto se irá a uno de esos paraísos como Doñana o Lanzarote, por ejemplo. Claro, él no va a ser menos y, además, es el que lleva el timón de la nave carpetovetónica, el que la gobierna y manda, atribuciones que no tiene el jefe del Estado a pesar de tal titulación, porque esta Monarquía es constitucional, del pueblo y para el pueblo. Y con el pueblo hay que estar a las verdes y a las maduras, perteneciendo a las primeras esta puñetera crisis. Que la sufren los que perdieron su empresa o trabajo. Y ajena a este drama, hala, toda la clase política de vacación y veraneo. ¡Qué país!
Y, mientras tanto, la nave carpetovetónica, haciendo agua, sí, azotada por esos dos huracanes -el político y el económico-, desnortada, perdido el rumbo, navega hacia un puerto que no está en ninguna parte.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

