Ayuntamientos de Mieres; ¿no había sitio para tres trabajadores?
Hace ya algunos meses, por parte de nuestro Ayuntamiento, se procedió a clausurar el Telecentro, ubicado en la calle Teodoro Cuesta, y con ello se despidió a tres trabajadores, que daban clase de informática, que con su labor pedagógica eran dignos de elogios por parte de todos los cientos de vecinos que pasaron por este aula, para adquirir unos conocimientos tan necesarios hoy en día en la sociedad que nos toca vivir. Y que por cierto, nadie levantó un dedo en su favor. ¡Cuánto cambiaron los tiempos! Y uno se pregunta: ¿Con un poco de buena voluntad no se pudieron colocar a estos trabajadores en otro puesto de trabajo? No voy a entrar en la disyuntiva de si se debió cerrar o no el susodicho Telecentro, no dispongo de la suficiente información para pronunciarme en un sentido u otro. Lo que sí puedo afirmar, que estos trabajadores se ofrecieron al Ayuntamiento para trabajar en cualquier servicio, incluso para el de limpieza. Pero ni con esas, todo fue inútil, no se avinieron a negociar.
Desconozco los motivos que alegaron para tomar tan drástica solución, porque en el supuesto de que alegarán que se hizo por aplicar un plan de austeridad, yo me pregunto: ¿el despido de tres trabajadores es la solución a la crítica situación económica del Ayuntamiento? Si es así, aviados estamos, y que Montoro nos coja confesados. De todas formas, según mi opinión, ahora tienen la ocasión de rectificar, si es que se llega a firmar el convenio con la Consejería de Cultura, para abrir la Casa Duró, se ponga por condición, sea atendido por estos trabajadores, y si sobra alguno, se le da un cursillo acelerado de socorrismo, y puede pasar a la piscina de Vega de Arriba de socorrista, y se evitaría la privatización de este servicio. ¿Pero es que nadie se paró a pensar que con el despido se condenó a estos tres padres de familia, todos ellos mayores de 40 años, a permanecer de por vida en el paro? Como fue amortización de puestos de trabajo, se fueron a sus casas sin derecho a indemnización, o sea, con una mano delante y otra atrás.
¡Qué frágiles somos de memoria cuando nos interesa! Es que a algunos ya se les olvidaron los jaleos que se armaron cuando en uno de los mandatos de Misael Fernández Porrón un trabajador se autodespidió, pues recibió el alta de la Seguridad Social por haber estado de baja por Incapacidad Laboral Transitoria, y no se incorporó al trabajo. Se produjeron manifestaciones ante el Ayuntamiento, encierros y hasta en varios plenos, en un clima muy tenso, con insultos y amenazas. Sin embargo, ahora se deja en la calle a tres padres de familia los mismos que en aquellos años pedían la admisión del trabajador, se quedaron mudos. Por lo tanto, desde aquí hago un llamamiento a los partidos políticos de la oposición, y a los sindicatos, hagan piña, que se “mojen” y den la cara, por sus excompañeros que ahora es cuando más lo necesitan. Y para terminar, espero que algunos se den cuenta, que una cosa es predicar y otra dar trigo...
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