El enchufismo en la administración
Me voy a referir principalmente a la sanidad, ya que está de actualidad en estos días, por la reconversión de plazas eventuales en interinas. Dichas plazas deberían ser adjudicadas como una mejora de empleo, deberían cesar todas las eventualidades y a posteriori ofertar dichas plazas por orden de puntuación en la bolsa de demandantes de empleo.
Esta Administración, como muchas otras, utiliza la política del enchufismo y clientelismo para ofertar los puestos de trabajo. En este caso, saltándose el pacto de contrataciones, ofertará dichas plazas de forma discrecional a las personas que cada gerencia designe.
En los genes de nuestros gobernantes no están los principios que deben regir el acceso a un empleo público, que son la igualdad, mérito, capacidad y publicidad; son sustituidos por el enchufismo y el peloteo de las personas designadas a ocupar dichos puestos. La Administración pública está regada por una abundancia de enchufados en todos los niveles, determinado personal fijo promociona discrecionalmente a través de promociones internas, comisiones de servicio, etcétera, dejando además que las plazas que quedan vacantes sean sustituidas por enchufados a los que la misma Administración contrata también de manera discrecional. Existen los exámenes a la carta, para colocar a sus acólitos y recompensarlos por los servicios prestados. Convertimos la Administración pública en una verdadera familia de enchufados, cuyo único mérito es tener los contactos necesarios para colocarse y seguir los dictados que sus superiores les marquen, como ser soplones del resto de compañeros que puedan crearle problemas a la cúpula dirigente.
Indudablemente, en las administraciones públicas existen personas que han sacado dignamente su oposición y ejercen su profesión con dignidad y se ven salpicadas injustamente por el cortijo montado por la Administración correspondiente.
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