Ayuntamientos dilapidadores
Los alcaldes piden ahora, no antes, una nueva fórmula que les permita financiarse, ¡hay que tener mucha cara dura! La mayoría de los ayuntamientos llevan años repitiendo en mandato los mismos alcaldes y concejales. Antes tenían en sus manos muchas maneras de financiarse y ahora también, lo que ocurre es que han dilapidado sin que nadie les pida cuentas: suelo, fondos, privatizaciones, subvenciones y aportaciones del estado. ¿Cómo es posible que esos alcaldes que tienen el ayuntamiento con las arcas vacías y empeñadas por muchos años, tengan la osadía de pedir a los ciudadanos más dienro para pagar sus excesos?
En muchos casos con dudosas y nada claras operaciones, que bien pudieran estar muy cerquita de la corrupta especulación. Mejor que una ley de financiación, el Gobierno debiera de hacer una ley de "transparencia municipal" donde todos los ciudadanos pudieran apreciar el uso que les dan y sobretodo que les dieron esos regidores a los recursos públicos, con auditorías minuciosas y firmes en todos los municipios donde sus alcaldes y concejales se perpetúen en la poltrona, más allá de dos legislaturas.
Ahora pretenden mantener el mismo nivel de financiación, solo que exprimiendo a los sufridos y casi resignados contribuyentes, llegando a límites que puede que un buen día digan ¡ya está bien! No les puede resultar tan sencillo, que sigamos siendo los paganos de sus derroches constantes, malas gestiones y obras faraónicas.
Año tras año, observamos impasibles el como nuestras corporaciones municipales aumentan los ingresos por tributos directos e indirectos de sus estrujados conciudadanos, no vemos límites a tanto desatino recaudatorio por parte de alcaldes y sus consentidores concejales.
¿Cuánto pagamos? Los ayuntamientos se financian de aportaciones del estado, impuestos municipales e ingresos de concesiones y valores patrimoniales.
¿Por qué se quejan ahora? Porque agotaron privatizaciones de servicios y empresas municipales. Porque se terminan los fondos mienros y estructurales recibidos de la Unión Europea. Y porque acabaron con todo el suelo público, que manejaron a su antojo. Por todo ello, no pueden irse de rositas, las cuentas claras antes de irse. Un cargo público no puede conformar un medio de vida para nadie, se está al servicio de los ciudadanos, tal parece que muchos alcaldes se mantienen porque se piensan que es su rancho privado.
Señores alcaldes, me dirijo a ustedes por la alarma de sus números rojos, y que bien sabemos que tendremos que hacer frente los desamparados vecinos para pagar las deudas por excesos o malas o imperfectas gestiones.
¿Cuándo llegará la cordura a sus mentes y aplicarán política municipal más austera?, no sigan planeando obras decomunales, hagan simplemente sencilla, segura y limpia la ciudad.
¿Por qué pagamos?, y ¿a dónde va nuestro dinero? En teoría debiéramos pagar para hacerno sla vida amena en nuestra ciudad, en impuestos directos e indirectos simplemente los necesarios para el bien común, para mantener los servicios que prestan los ayuntamientos (alumbrado público, recogida de basuras, arreglo de calles, mantenimiento de guarderías...), pagar el sueldo del personal, realizar obras públicas (puentes o calles), promocionar obras sociales, etcétera.
A los impuestos sobre propiedades urbanas o rústicas, sobre actividades económicas, vehículos, incrementos del valor del terreno (plusvalías por trasmisiones), construcciones (por obra o simplemente reforma)... les tenemos que sumar tasas de todo tipo por usar servicios que realmente ya tendríamos pagados por los anteriores impuestos como: piscinas, canchas de tenis o cualquier otra instalación deportiva municipal, basura, aparcamientos (zona azul, etcétera), autobús urbano, etcétera.
Un propietario de un inmueble o vehículo, en cualquier ciudad, está harto de pagar ¿son ustedes capaces de entender que viudas, pensiones y sueldos pequeños, no pueden seguir su ritmo recaudatorio? ¿Por qué tienen que pagar cantidades desorbitadas por reparar su pisito, por aparcar y circular por su ciudad, o simplemente porque ustedes mantengan impuestos, tasas o plusvalías que puedan manejar al alza a su antojo?
La vivienda es un derecho constitucional de todos los ciudadanos, si además de hipotecas y demás gastos añadidos que tenemos que afrontar por adquirir, reparar o recibir una vivienda; ustedes los alcaldes y concejales consentidores nos añaden impuestos, plusvalías, etcétera ¿son conscientes, que muchas personas no pueden permitirse pagar esos impuestos, simplemente por vivir en la ciudad que ustedes rigen? ¿Quién marca la subida de revalorización del suelo de una zona determinada y las plusvalías por trasmisiones? ¿Quién marca el impuesto por reparación ineludible de tu propia vivienda?
Tendría muchas más preguntas y sugerencias, pero quedan para otra ocasión, aunque yo que ustedes, me iría auditando y frenando en cuanto a exprimir a sus paisanos, puede que se lo hagan pagar con creces todos sus desatinos ostentosos. Un saludo para todos aquellos alcaldes que supieron dejarse alternar. Lo curioso es que muchos,e stén o no cerca de la corruptela, se creen imprescindibles, en ese momento su partido, tiene que ponerlos patitas en calle, nadie puede eternizarse por creerse único.
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