La Nueva España » Cartas de los lectores » Se llamaba Arturo, que no Artur

Se llamaba Arturo, que no Artur

29 de Septiembre del 2014 - María Aurora Barros Viña (Avilés)

Hasta hoy nunca se me había ocurrido, pero hoy me he molestado en conocer un poco, así por encima, el currículum de Arturo Mas (así se llamaba antes de llegar a hacerse un poco famoso por las tierras de España, hasta allá por los años 90 de siglo pasado). Sí, se llamaba Arturo Mas, como su padre. Pero allá por esos años y con miras a su futuro, ha comenzado a sentirse un poco independentista y se ha cambiado el nombre, vaya que lo ha catalanizado. Debe ser una seña de identidad porque, claro, con Arturo no se puede pedir la independencia en Cataluña. Queda un poco feo llamarse Arturo y pasar por Cataluña reivindicando independencia para el terruño.

Cuando se llamaba Arturo, que no Artur, y era un chavalete que, parece ser iba por la vida más de actor que de político, su padre le ha buscado las recomendaciones necesarias para introducirlo en el partido que hoy lidera Convergencia Democrática de Cataluña. Porque Arturo no era un niño normal, no. Era un niño de los que normalmente llamamos niños bien. Si Arturo era un Niño bien que veraneaba en playa de Aro, hacía deporte, le gustaba la pesca y también estudiaba. Sí, estudió Económicas y algo de Derecho. Cuando decidió que ya no estudiaba más porque eso del derecho no lo ha terminado, es cuando su padre se molesta en mover sus recomendaciones para meterlo por Convergencia que es el partido donde su padre militaba, pero él no. A él eso de la política por esos años no le iba, le iba más es de ir de actor de cine. Debe ser que tenía más gancho con las señoritas bien por esos años.

Encaminó su vida profesional por unas empresas, pero no de trabajador normal, no; para eso su padre se había molestado en buscarle buenos empresarios, y siempre con puestos bien recompensados.

Así y poco a poco, comenzaron a lloverle llamadas, unas para concejal por Convergencia en Barcelona, otras ya en Consejerías y mientras y durante, unas veces ocupando puestos políticos y otras trabajando en empresas privadasrelacionándose con grandes empresarios, entre ellos la familia Pujol, etc.

El caso es que la gestión de empresas no se le daba muy bien, pues a la hora de hacer valance siempre había pérdidas, pero en política ya se le daba mejor hasta cuando estuvo de concejal en el ayuntamiento de Barcelona. Eso de mediar entre empresarios y negocietes municipales se le daba, parece ser, muy bien.

Pero si miramos en conjunto su trayectoria por la vida, en general era como uno de esos que por donde pisa deja huella pero mala huella.

Con Pujol fue donde encontró su lanzamiento político. Le copiaba todo los gestos, su forma de expresarse, en definitiva lo estudió al máximo para así poder él salir adelante en política porque eso de la oratoria, no iba con él. Claro que cuando uno se empeña, lo consigue. Ahora eso de afiliarse a convergencia, no podemos decir que sea una persona de partido de siempre, no. Se afilió en los años noventa y pico. Cuando se percató de que era el niño preferido de Pujol. Entonces es cuando se afilió en Convergencia. No se puede decir que sea un nacionalista de nacimiento ni de la infancia ni de estudiante. No. Lo hizo cuando lo necesitó. Vaya, como si fuera hacer un máster, o un curso de promoción.

Bien, pues ahora que se ha cambiado el nombre y en lugar de llamarse Arturo, como es así un poco español ese nombre, se lo ha cambiado por Artur que es más catalán. Ahora sí, ahora que Pujol se va y le parece al señor Pujol que Arturo tiene perfil para presidente de la Generalidad de Cataluña, es decir de su casta política y empresarial, ya se siente él así como más catalán. Como diríamos los asturianos: De pura cepa. Es entonces cuando Artur, que no Arturo, se siente fuerte, el supermán de Cataluña. Y se siente el más catalán de los catalanes. Y como los gobernantes de la nación necesitaban de Artur para poder gobernar, van y le da el aliento suficiente para tirar palante con el independentismo catalán. Y va poquito a poquito intentando convencer a los catalanes de que España les está robando a los catalanes, que necesitan la independencia para ser más felices, y mientras los catalanes se lo van creyendo poco a poco, en definitiva, va dividiendo y enfrentando al pueblo catalán. Pasan unos añitos. Hay elecciones generales y sale un gobierno, el actual, que nada tiene que ver con el anterior y el señorito Artur, dale que te pego que quiere dialogar (con la crisis que sufre España) pero que él lo que quiere es la independencia.

Cataluña está empufada hasta el gargüelo, pero eso no tiene importancia que les perres ya les pondrá el gobierno de España que es el que nos está robando a los catalanes. Y va y lo consigue. Mientras los españoles pagamos los impuestos, seguimos aquí esperando a ver qué pasa con las deudas de nuestras autonomías, el paro aumentando, nos suben los impuestos, nos congelan los sueldos, nos quitan las extras a algunos, nos aumentan la jornada, nos aprietan hasta el último agujero del cinturón, pero el dinero se va para Cataluña, para pagar sus pufos de Sanidad, de las farmacias, de educación de, de, de, y mientras tanto Cataluña abriendo embajadas catalanas por todo el mundo; en EEUU dos, una en Nueva York y otra en Washington, así se siente más importante; está más cerca de la Casa Blanca. El dinero de los catalanes lo derrocha por el mundo, los pufos ahí quedan para el gobierno de España.

Y después de todas estas andanzas del señor Mas, de nombre Artur, va y comete la mayor de las locuras que puede cometer un político que es la firma de un decreto soberanista en el que se plasman las normas generales para llevar a cabo un referéndum (él lo llama consulta a los catalanes) ¿Qué tipo de consulta? ¿independencia de la autonomía catalana? Eso es un referéndum como la copa de un pino. Y eso no le corresponde a los catalanes. En eso tenemos mucho que ver todos los españoles, no olvidemos que Cataluña es tierra española así que algo tendremos que decidir nosotros también, porque, de lo contrario, unos pocos españoles deciden sobre el resto si nos quitan un trozo de nuestra propiedad.

Todo esto lo hace a sabiendas de que este tipo de consulta no se puede realizar en las autonomías pues no es un problema de régimen interno.

Un referéndum se puede realizar en la nación, según está reflejado en la Constitución Española vigente, pero no en una autonomía. La nación, mientras no se demuestre lo contrario es España. Cataluña es una de las autonomías españolas, una como las demás, con más privilegios, pero una Comunidad Autónoma de la Nación española que tiene que regirse, como las demás sin violar la Constitución.

Después de echar un vistazo a su currículum profesional he podido comprobar que ha sido demencial porque por empresa que pasaba, empresa que se iba al garete, vaya que perdía dinero. Como gestor pésimo. Ahora veremos a ver cómo queda Cataluña, porque como queda él todos lo sabemos, bien forradito.

Cartas

Número de cartas: 46070

Número de cartas en Octubre: 8

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador