Reinserción
Alimentos, medicamentos, vehículos, electrodomésticos, juguetes etc. antes de ser comercializados son sometidos a las pruebas y controles exigidos por la legislación que les sea de aplicación con la finalidad, entre otras, de proteger a la población de los posibles efectos adversos derivados del diseño, fabricación, composición, consumo o utilización. Asimismo, las sustancias, equipos y productos van acompañados de los correspondientes manuales de uso y advertencias de seguridad pertinentes, pues un empleo o mantenimiento deficiente e inadecuado puede ocasionar daños físicos o materiales indeseables. Lógicamente, fabricantes, suministradores y organismos de control deberán asumir responsabilidades civiles o penales por los perjuicios que resulten en función de su gravedad y grado de implicación. Y, sin embargo, ¿quién se hace cargo de las imprevisiones, argucias y tropelías que han causado la enorme catástrofe económica que afecta a millones de ciudadanos en todo el mundo y que, por supuesto y desgraciadamente, castiga sin contemplaciones a los más débiles? De momento parece ser que se opta por una pronta reinserción de los autores del nefasto guión e, incluso, se les premia generosamente por su excelente contribución social.
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