La hipocresía del PSOE ya viaja en Alta Velocidad
Sí, se rasgan las vestiduras (más bien se las rascan) los gobernantes socialistas asturianos ante los nuevos Presupuestos Generales, ponen muecas, exageran el verbo, como actores griegos clásicos, y declaman bien claro y bien alto el olvido del Gobierno de derechas de la nación respecto de nuestra Asturias y, más en concreto, de las comunicaciones con la Meseta y el tan cacareado AVE. Una nueva escenificación de la hipocresía, un no menos conocido caso de mucho decir y poco hacer. Sólo con recordar el ostracismo al que fue sometida Asturias con su variante de Pajares, durante décadas, por los diferentes y sucesivos gobiernos socialistas aquí y acullá, ya se les debieran calentar las orejas.
Sí, es lamentable ver, oír cómo se les llena el pecho a los portavoces socialistas para agarrar la bandera de una Asturias incomunicada por culpa de quien manda (depende de donde mande, claro) y por otro lado no son capaces de alzar el vuelo cuando se trata de las conexiones pobres y caras del aeropuerto de Santiago del Monte, que no han sabido ni querido (quien quiere, puede) planificar para sacar a esa misma Asturias que tanto predican defender en cada comparecencia.
Sí, es más que cierto que nuestros gobernantes asturianos han celebrado por todo lo alto los últimos datos de la afluencia turística estival que no tienen una relación proporcional al número de conexiones por aire (del mar no quiero ni hablar). Y no menos cierto es la sospecha de que Javier Fernández y compañía acaben corroborando (y no mareando) a su olvidada compañera de filas la exconsejera de Turismo Ana Rosa Migoya, que, inaugurando esta revolucionaria concepción de entender las migraciones, sostenía, en 2004, que quien se pasa un fin de semana en Londres no se va a Taramundi. Dónde andará esta pobrecita habladora, ¿seguirá mirándose el ombligo en Taramundi? No se crean, su sombra fue bien alargada y tuvimos posteriormente que heredar aquella campaña de "Hoy salgo en Asturias, hoy salgo en casa". A estas alturas, uno se levanta de la mesa de tantos desastres y duda de si nuestros dirigentes siguen no pensando lo que dicen o dicen lo que peregrinamente piensan.
Sí, a estas alturas del partido suena mi escrito como de menosprecio del PSOE y alabanza del PP. Nada más lejos de la verdad. Cómo podría aplaudir del Gobierno central la subida obligatoria de un miserable 0,25 por ciento de las pensiones, cómo podría hacer la ola con todos los recortes que llevamos padeciendo (para salvar el culo de la patria y no de los bancos y banqueros, claro), cómo podrían dejarme tranquilo los lentos movimientos de los brotes verdes y de los números crecientes (casi 3.000 personas más en Asturias el mes pasado) del índice del paro.
Sí, un poco de humildad, señores políticos, un poco de vergüenza a la hora de salir a la palestra a escupir para arriba. Hartitos nos tienen con tanto blablablá. Léanse bien las cifras, consulten la almohada de la cordura y entonces, sólo entonces, atrévanse a dirigirnos misivas que interpreten bien la realidad. No mareen a la población, no la confundan, tengan memoria y no repitan los errores que se guardan en las hemerotecas. Implanten la Alta Velocidad, consigan vuelos baratos, "re-unan" la costa del Atlántico. Viajemos a los Oscos y durmamos también en Amsterdam. Acampemos en Saint Nazaire y ascendamos Peña Mea. Abran mercados de ida y vuelta. Pero, sobre todo, no salgan al campo de los medios para quedar bien, no salgan a empatar, a no perder fingiendo que quieren la victoria. Al partido le sobran muchos minutos y el balón oficial está a punto de sobrevolar la grada Norte.
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