La cocina de Areces y Pilar Varela
Al ex presidente Areces se le atribuye una atracción desmedida, casi enfermiza, por los pinchos de tortilla; también por los actos inaugurales próximos a cualquier cita electoral en la que se juega el cocido o las habas, que ambos platos deben abundar en la dieta del senador, a juzgar por tan oronda humanidad.
Su etapa como "master chef" al frente de los fogones del Principado nos dejó un fino tufillo de corrupción que aún sigue guisando a fuego lento en los tribunales de justicia. Los comensales no cesan de preguntarse para cuándo las pruebas del suculento festín. Parece ser, según la sumiller de corps, que el aderezo empleado en tan fastuosa preparación no cumple con todas las garantías de salubridad pública y, en prevención de padecer diarrea galopante debido a la ingesta, recomienda repetir el guiso. El caso es marear la olla hasta haber alcanzado su fecha de caducidad; o bien que la reducción haga tan espeso el caldo que resulte vomitivo.
La pregunta que suscita el desenlace, caso de producirse, es quién va a pagar la cuenta de los platos rotos, ahora que la desnutrida concurrencia está al borde del colapso económico, excepción hecha de los agentes culinarios y sus proveedores, que se intuye gozan de la buena salud financiera acumulada en los días de vino y rosas. El asunto, nada fácil a estas alturas, es topar con la bodega y los arcones.
Los otros, los entorchados del poder civil, se cayeron del menú inculpatorio, protegidos por alguna divinidad que de ciega perdió toda orientación, incluida la balanza de los pecados. No hay nada más milagroso en el santoral que ser bautizado con la gracia del poder político para que el Jordán separe sus aguas.
Y qué decir de la alta cocina diseñada para la ocasión en el faro de Avilés. Si bien falta el reportaje gráfico, se adivina exquisita. Tal vez doña Pilar quiera dar luz al recuerdo y facilitarnos la composición y acomodo de mesa y presentes. Aunque para presentes los que le dejaron Natalio y Rebollo a la puerta de la Alcaldía. Y es que no puede fiarse uno de según qué cocineros. Los hay que te amargan la tarta de cumpleaños y hasta hurtan la razón. Incluso se atreven a calcinar en el horno las extremidades superiores de quien les brindó su amistad. Esto, sin olvidar el premio a la deslealtad, gratificado con un recorrido culinario a través del grueso mundo, acumulando experiencias personales que ahora explotan otros. Como sólo se vive una vez, mejor aprovechar el tiempo; sobre todo si la invitación corre a cargo de la casa.
De las cuentas del regio pincheo habido con motivo de la inauguración de la cúpula, ni mentarlas, se encuentran bajo secreto sumarial, y, si bien es un secreto a voces, no es aconsejable interferir en el desarrollo del sumario. Dejemos que la justicia haga su trabajo sin prisa pero sin pausa; no obstante, en este proceso, como en todos, la indolencia laboral conduce irremediablemente la memoria hasta la inefable "Chocolatera".
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo