Orgulloso del faraónico HUCA
Otra vez he tenido la necesidad de volver a recurrir a las atenciones médicas del faraónico HUCA. Mi nueva visita no se debe a defecto de valoración de mi alta médica después de estar ingresado seis días.
He cumplido 81 años, en los que he luchado mucho en la vida, y es normal que mi salud se sienta pendiente de las atenciones médicas.
En esta ocasión no he llegado a ser ingresado, desde el servicio de urgencias me trasladaron a la zona de la unidad de observación, en la que pasé la noche permanentemente atendido, hasta que, al mediodía, una vez valorada la razón de mi permanencia en dicha unidad, se me dio el alta con una detallada información, con todo afecto y cariño, por parte de la médica responsable del servicio, doña Ana María Pilar Menéndez Somoano.
Ahora ¿qué puedo decir de este faraónico HUCA? En mi carta publicada por este diario como anécdota decía que había estado en urgencias doce horas, que me habían ingresado en planta y que en una habitación no había nada más que una percha para la ropa.
En esta ocasión ha sido todo distinto, a los diez minutos de llegar a urgencias ya estaba en la cama de una habitación individual.
Sigo leyendo casi a diario las quejas de los usuarios o familias que estuvieron ingresados más o menos por la misma razón; lo que sí les puedo asegurar es que, a corto plazo, Oviedo y toda Asturias se sentirán orgullosos de esta maravillosa obra.
Roberto Gómez Suárez
Oviedo
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