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Serenidad y sentido común

8 de Octubre del 2014 - Coro Junquera Lantero (Oviedo)

Me lo digo a mí misma miles de veces y no lo practico todo lo que debiera.

Pero ante momentos como los que estamos viviendo, que parece que a perro flaco todo son pulgas, conservar la calma, tener una visión serena de las cosas y aplicar el sentido común puede que sea una buena receta.

Cuando cada día nos levantamos con una noticia nueva de corrupción o similar, cuando parece que ha habido negligencias manifiestas en lo tocante al ébola, yo soy la primera en cabrearme, disgustarme, apetecerme que rueden cabezas y gritar muy alto que "nunca mais".

Pero comprendo y sé que es fundamental conservar la calma, no ser destructivos, no pensar que lo nuestro es lo peor de todo, que no hay nadie honrado, que nuestro país es una república bananera...

Porque no es así.

Tenemos lo que tenemos y eso no lo vamos a negar, hay muchos errores que enmendar y muchas cosas que cambiar.

Infinidad de situaciones que tienen que mejorar.

Pero estamos empapándonos de un alarmismo que no es bueno, porque no nos dejará ver el horizonte y quizá sea un handicap a la hora de encontrar soluciones y salidas.

Caemos, a veces, y yo la primera, en quedarnos con la noticia sin pasar a un análisis que nos lleve un poquito más allá, y ahí es donde está el quid de la cuestión, porque analizar lleva a encontrar...

La inmensa catarata de información que tenemos es genial, pero... no nos quedemos con los titulares y, sobre todo, no banalicemos, ni perdamos el norte.

Lo digo porque, por ejemplo, y a riesgo de que los defensores de los animales me pongan una querella, me parece una protesta fuera de toda lógica la que ya corre por los medios y redes sociales sobre oponerse a que sacrifiquen al perro de la enfermera contagiada de ébola.

Vamos a ver, que toda la vida de Dios se han sacrificado perros que estaban enfermos y podían contagiar y no pasa nada. Y eso no quiere decir que yo sea una mataperros, pero si el perro de mi vecino puede, probablemente, supuestamente, tiene la rabia y hay una posibilidad por mínima que sea de que muerda a mi hijo y me lo contagie, mire usted, es que no lo pienso dos veces, qué quiere que le diga.

Otra cosa es que puedan aislar al perro e incluso en observación pueda ayudar a la investigación del desarrollo de esta enfermedad en animales, pero, en fin, lo primero es lo primero, vamos, digo yo.

Frases como "España es así" tampoco ayudan mucho, porque España es así y asao y en todas partes cuecen habas, y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Porque la corrupción, la negligencia, la incompetencia, etcétera, es tan consustancial al ser humano como lo contrario, y no más al español por ser español que al francés o al uruguayo.

La picaresca española vamos a dejarla para el Siglo de Oro de las letras españolas y ponernos en la realidad de hoy en día, de una España moderna y a la altura de cualquier otro país, con sus errores y sus aciertos... como todos.

Y me atrevo a creer y además firmemente en la honradez de muchísimas personas que desempeñan cargos más o menos políticos y en el buen hacer de la mayoría de los profesionales españoles en todos los campos.

Porque insisto en la idea de que yo, por lo menos, no estoy al día de la prensa diaria de otros países, ni de su política de calle, ni de su idiosincrasia en este sentido, y me entero de algunas cosas y de otras seguro que no, pero eso no quiere decir que no sucedan cosas similares.

Y con ello no quiero justificar nada, porque mal de muchos consuelo de tontos, pero odio caer en que lo que pasa en este país no pasa en ningún otro, porque sinceramente no creo que sea así y menos en la actual era de la globalidad.

Exigir responsabilidades, cambiar, mejorar... sí y con toda la energía, pero caer en la flagelación y en el no tenemos remedio, no, porque eso sería un error que no nos podemos permitir.

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