El ERA y sus silencios
En septiembre de 2010 mi padre ingresa en una residencia privada a consecuencia de los problemas derivados de una enfermedad en fase terminal. En noviembre, el ERA (establecimientos residenciales para ancianos) le concede una plaza en la residencia mixta de Gijón, pagando unos cuatrocientos setenta y cinco euros al mes. A la familia se le dice en las oficinas de Arzobispo Guisasola que se paga esta cantidad y que así le queda una parte de la pensión a la esposa para poder vivir, pero en ningún momento se comunica ni advierte a la familia de que esta prestación o sistema genera deuda, ofreciéndolo como una ayuda.
Mi padre fallece en mayo de 2011 y en septiembre de 2014, más de tres años después, la viuda recibe una carta del ERA reclamando algo más de cuatro mil euros en concepto de deuda generada. En la misma se informa de que el coste de la estancia de mi padre en el ERA fue, desde el primer momento, de mil doscientos cuarenta euros al mes, y a partir de febrero, tres meses más tarde, de mil cuatrocientos, saliendo algo más de cuatro mil euros reclamados de la diferencia de lo que la familia pagó al mes al coste real de la residencia.
¿Por qué no se informó debidamente de esto? ¿Por qué se "vende" como una ayuda, sugiriendo sacar a mi padre de la residencia privada, en la que se pagaba algo menos de mil euros, para pagar en la pública cuatrocientos euros más?
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