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Curas y pueblo a la greña

9 de Octubre del 2014 - José Viñas García (Oviedo)

Es curioso lo que está pasando con algunos curas en los últimos tiempos, que, hasta los feligreses más creyentes están con ellos, que trinan. Creo que no es caso excepcional lo que ocurre en una parroquia determinada, los curas pasaron de ser reverenciados solo por el mero hecho de serlo, a sentir que el pueblo ya no comulga con ruedas de molino; y ese respeto tienen que ganárselo, ya que el encargado de la Iglesia y toda la carga añadida que conlleva tal compromiso, no puede ser causante de conflictos entre la vecindad.

A estos curas, se les ha olvidado su misión primordial, el catolizar; ya que, como apóstoles de Dios entre nosotros tal parece en muchos casos, que su opuesto, fue quien nos los endosó. Sus modos y maneras solo consiguen alejar a las gentes de unas creencias mantenidas en el tiempo a base de miedos, ignorancia y buena fe. Si ustedes se dedicaran a esta labor tan importante que Dios les encomendó dentro de un mundo cada vez más cruel e insolidario, no hay duda, que fueran más necesarios que nunca. Pero en vez de atraer y cristianizar -tal parece, que les importa un bledo su compromiso para con Dios, la sociedad, o lo poco que tiene que hacer- y se dedican a entorpecer la convivencia, enfrentándose a vecinos por situaciones solucionables con dialogo y composturas de acercamiento y consideración.

No soy capaz de interpretar a un señor cura dirigiendo palabras duras, cargadas de rabia contenida contra un ciudadano ¿Qué puede usted perdonar amigo mío, si es capaz de decir de esa forma, tratando de rebajar y disminuir a tu parroquiano? ¿Cómo pueden ir a confesarle los incautos del lugar sus pecados y quedarse tan tranquilos? Ustedes si se enfurecen así, no están capacitados para tan digna dedicación. Sinceramente andan algo extraviados, de lugar y profesión.

Como decía no es solo tu parroquia, la que tiene controversias insalvables con su párroco seria sencillo de solucionar- el problema está como más extendido, existe en otros lugares, pero siempre con semejantes divergencias, todas superables con muy poca voluntad por parte del cura sobretodo: En todo lo relacionado con cementerio, catequesis, bautismos, comuniones, bodas, hijos de separados, solteras, etc. sepelios y funerales en sábados y domingos, etc. aunque es bien cierto que algunos añaden a estos temas, su intransigencia y prepotencia, que chocan de frente con su dedicación, y eso hace enfrentarse a feligreses, entre quienes no conciben cura malo (que son sus apoyos) y quienes los perciben tal y como son, personas con sus mismas debilidades y defectos.

Hoy en día las distancias no lo son tanto como para camuflarse de comportamientos anteriores, alguien que ha tenido problemas en otras parroquias por donde ha pasado, no debiera el Obispado dejarle por más tiempo, desplegar sus malos hábitos; y no endiñárselo a nadie más, ya bastante tienen para si en los tiempos que corren las gentes como para soportar personajes que solo busca agitación ¿Señores curas, no es posible ceder y comprender a los demás, sin entrar en denuncias y cerrazones que solo perjudican a la Iglesia y sus buenas gentes? Y como hay escasez de curas, a un señor conflictivo le designan varias parroquias, lo cual el problema se multiplica; y la solución mejor, sería cerrar el chiringuito, que aguantar intrusos que nos compliquen la vida.

Si quieren buscar conflictos empiecen por el disparate de desigualdad consentida por la Iglesia, incluso después de muertos, donde se permite edificar verdaderos palacios dentro de los cementerios, cuando hay otros que no tienen para pagar nicho, cura y enterrador. Incluso en algún lugar obligan a comprar y registrar dicha propiedad, para pagar contribución, todo con un afana recaudatorio que mete miedo, viniendo de quien viene ¿Qué dirá Dios de esto, señores curas? Que se vistan de gala una tropa de Obispos y curas para enterrar a ciertas personas y que existan gentes humildes a quienes les cueste encontrar quien les rece y entierre, si coinciden morirse en Viernes o Sábado. Ustedes no pueden acrecentar desigualdades, si ya el morirse para algunos es una tremenda putada, que conlleve gastos inasumibles para muchas familias propiciado desde la misma Iglesia, lo es mucho más.

Señores parroquianos de un lugar cualquiera, un cura de éstos, que busca disputas, mejor que se vaya por donde vino, aunque me temo que el camino recorrido, no será su destino ¿Quién lo quiere después de haberlo padecido?

Por último, invitar a este tipo de sacerdotes, a que recapaciten y se modernicen en sus formas, aprendiendo del Papa Francisco, abierto a casi todo, asumiendo colectivos que ustedes discriminan por estar anclados en una Iglesia pasada de tiempo; debieran interpretarse más humildes, por Dios y por la historia de la Iglesia, cargada de contradicciones, errores y porque no decirlo en muchos casos pecados y delitos vergonzantes entre quienes debieran ser ejemplo de todo y en todo. ¡Si ustedes, hasta pecan! ¿Por qué han de ser tan estrictos con el resto de mortales?

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