¿De dónde viene todo esto?
Éste es el sugerente, brillante y ambicioso título de la primera clase del curso monográfico sobre Bruce Springsteen organizado por el aula pop-rock de la Universidad de Oviedo, que se celebra en Gijón, Oviedo y Avilés. Uno supone que debido a su carácter monográfico, el objetivo de esta primera clase del curso es empezar a hincarle el diente al complejo universo del artista norteamericano mordiendo hasta el hueso, sin conformarnos con la carne. Y me pregunto cómo saldrá Pelayo Pastor a la arena a lidiar un toro de semejantes hechuras. El músico gijonés desvela muy pronto los objetivos de esta clase: estamos aquí para estudiar la figura y la obra de Springsteen, con el propósito de entendernos mejor a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, ya sea en el ámbito personal, laboral o social. Como coincide plenamente con mis expectativas, me digo a mí mismo que estoy en el sitio adecuado en el momento justo.
En la mayoría de las disciplinas artísticas, ya sea la escritura, la pintura, la música o el cine, lo más importante es el ángulo, el enfoque desde el que te sitúas ante el proceso creativo. Teniendo en cuenta este patrón, también Pelayo Pastor toma la distancia perfecta para desarrollar la figura de Springsteen en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo. Presenta las diferentes y tópicas imágenes que se tienen del cantante y nos sumerge, ayudado por un pequeño árbol genealógico, en la personalidad del artista, cuajada y espesada a fuego lento, como todas, en los primeros años de su niñez en el ámbito familiar y moldeada posteriormente en la adolescencia. No queda duda: mi patria es la infancia. Pelayo Pastor es un excelente narrador y poco a poco en el aire solemne del aula comienzan a aparecer los principales rasgos de la personalidad del autor y de su universo musical: tenacidad, honestidad y ansias de libertad. Pero no nos engañemos, aún no hay nadie al volante. Lo mejor está aún por llegar. Los sobrios retratos de los rectores de la Universidad son testigos de los primeros acordes del joven Springsteen y sus bandas. A estas alturas, ya está claro que los jefes no se imponen, sino que se eligen. Son interesantes registros sonoros que el ponente acompaña con divertidas anécdotas e inevitables serendipias (esas hermosas casualidades) sin las cuales la llama jamás encendería la hoguera. Pero el tiempo apremia, ésa es su función, y llegamos a la carrera a las grabaciones con Columbia Records de sus dos primeros discos. Para finalizar, Springsteen rasga su acústica y el potente riff de "Blinded by the light" hace que Feijoo se recoloque en la silla de su celda dentro del cuadro que preside el aula. Lo mismo le pasa a mi compañero de pupitre. Está claro que demasiada luz también ciega.
Echo en falta el espontáneo aplauso al final de la clase. Hace mucho que dejé la Universidad y quizás esto no vaya con los tiempos. Cuando era un adolescente y rellenaba mi carpeta con traducciones caseras de las canciones del "Jefe", me preguntaba por qué no estudiaríamos aquella música en lugar de la filosofía de los griegos. Está claro, como decía la escritora, que hay que tener cuidado con lo que se desea, porque al final se acaba cumpliendo. Hoy, que estoy más cerca de saber de dónde viene todo esto, les doy la enhorabuena a todos los que hacen realidad estos sueños. Por estos ratos. ¡Que siga el espectáculo!
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