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¡Basta ya de mentiras!

14 de Octubre del 2014 - Luis Gonzaga Fernández (Limanes (Siero))

¡Basta ya!, señor José Manuel Pidal Cardeli. ¡Basta ya de mentiras! A los padres de Limanes se nos agota la paciencia; es más, en vista del apoyo y ánimo recogidos en su contra, por todas las parroquias y pueblos de la UPAP de Colloto y sus alrededores podemos decir que al pueblo se le agota la paciencia.

Sirvan estas primeras líneas para dejar claro y de una vez por todas la situación en la que estamos y las causas que nos han conducido a ésta. Todo este problema, su cierre de la catequesis y nuestra movilización pacífica, y quiero recalcar pacífica, viene motivado por unas razones muy claras y que son las mismas para el párroco como para los padres de los niños. ¡Basta ya! de argumentar problemas con el cementerio. ¡Basta ya! de achacarlo a motivos de organización. ¡Basta ya! de UPAP y demás monsergas. Señor Pidal Cardeli, tanto usted como nosotros sabemos que el único y aberrante motivo que nos ha llevado a este punto es su discriminación a una de las niñas de la catequesis, que comenzó el pasado año y que asistió junto a nuestros hijos a la catequesis haciendo vanos todos los intentos de usted por vetar a la niña. ¡Basta ya! de escupir sus mentiras desde su púlpito en las homilías. Gracias a Dios, usted engaña ya a poca gente, pues son ya muchos los años que el pueblo lleva soportando sus fechorías. Aún recuerdo la tarde en que se acercó el vicearcipreste de zona a "dialogar" con la madre de la niña objeto de sus iras, y cuya única solución era que la familia al completo de la pequeña firmase un escrito, por supuesto redactado por usted, disculpándose por una antigua rencilla que ya fue dirimida en el foro que le correspondía, pero que a usted parece ser aún le obsesiona; pues bien, mientras catequistas y padres entreteníamos a la pequeña, ésta preguntó: "¿Ese señor está hablando con mami porque no me quieren aquí?". Señor Pidal Cardeli, ¡basta ya! No podemos seguir consintiendo que sus conductas psicopáticas hagan daño a alguien más. Señor cura, los padres éramos conocedores de estos hechos, coincidíamos con la niña y sus padres sábado tras sábado; no se obsesione, no somos títeres de ningún temible y vengativo catequista. Asimismo, queremos hacer constar nuestro agradecimiento a estos catequistas, que también son nuestros vecinos, por el trato prestado a nuestros hijos, por su ánimo, su apoyo incondicional y, sobre todo, por no prestarse a tan repulsivos juegos de poder.

En referencia a sus palabras publicadas el martes en este mismo medio, queremos desmentir que en ninguna de nuestras concentraciones se haya proferido insulto ni amenaza alguna hacia su persona, pero comprendemos que el ejercer nuestro derecho constitucional a la protesta contra sus actos y vejaciones pueda resultarle insultante a una mente como la suya. Las únicas frases y arengas que se han podido escuchar en nuestras protestas son "oto, oto, no vamos pa Colloto", "anes, anes, quedamos en Limanes", y, por último, "no a la imposición; cura, dimisión", todo ello acompañado de los consiguientes pitos en protesta por su "gestión". En cambio, fue usted quien no tuvo problema alguno en dedicarnos un gesto insultante al término de la misa que dio en Limanes el pasado día 27 de septiembre, hecho éste realizado ante un agente de la Benemérita que usted mismo había llamado. ¡Basta ya!, señor cura, ¡basta ya! Es falso que hasta el momento se lleven pancartas y se pite, amenace e insulte en la iglesia de Colloto, simplemente asistimos al oficio que no da usted en Limanes. Señor cura, ¿no nos quería usted trasladar a Colloto? Pues déjenos entrar en misa, y le recordamos que somos nosotros los que llamamos a las fuerzas del orden cada vez que se nos impide nuestro derecho al culto. Lo sabemos, es un fastidio vivir en democracia, ¿verdad?

En cuanto a las supuestas amenazas de muerte que dice haber recibido, los padres de la catequesis de Limanes queremos desmarcarnos y condenar enérgicamente este hecho y desde aquí le instamos a que interponga la correspondiente denuncia ante la Policía, y sepa usted que, de ser ciertas estas amenazas, dispone de nuestro apoyo incondicional a este respecto.

Tambien dice usted ser "…un párroco que lleva 44 años en los sitios más difíciles de Asturias…". ¡Vaya por Dios!, sepa usted que los sitios no son ni fáciles ni difíciles, son las personas como usted las que generan situaciones difíciles; desde aquí insto a los lectores a que consulten la hemeroteca y se documenten del rosario de conflictos que le acompañan allí por donde pasa, tanto contra sus feligreses como contra sus propios compañeros sacerdotes. (Tienen sitio de honor en esta panoplia de conflictos los acaecidos en su día en Pola de Allande, así como su acoso y derribo al cura de Quintes, su pueblo natal).

Estamos de acuerdo con usted en que el Arzobispado de Oviedo tiene que pronunciarse y ser claro al respecto. También queremos invitarle a que vuelva a dar las misas que usted y sólo usted ha cancelado. No encontrará obstáculo alguno por nuestra parte durante los oficios, más allá de su propio orgullo, que le impide soportar las protestas vecinales de antes y después de las misas.

¡Basta ya!, señor Pidal Cardeli, ya no estamos en el 36, los curas ya no pueden señalar con el dedo a familias enteras, ya no meten ni sacan a nadie de los paredones. Afortunadamente, señor cura, usted fusila sin bala.

Para terminar, y a título personal, le diré que tal vez yo no sea tan buena persona como pretendo y tal vez no merezca gracia alguna por parte de Dios; en tal caso, pequeño Torquemada, nos vemos en el infierno.

Luis Gonzaga Fonseca Fernández,

en representación de los padres de

la catequesis de Limanes

Limanes (Siero)

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