Compromiso de "Estaferia Ayerana" con la cultura
Los responsables del consejo editorial de "Estaferia" han venido afirmando con reiteración que "el compromiso con la cultura fue uno de los factores que alentaron la creación de esta revista". Noble finalidad y loable empeño al servicio de una labor informativa y de divulgación que ha merecido el reconocimiento de sus lectores.
Pero compromiso con la cultura es también la lucidez para reconocer posibles deficiencias, omisiones o errores y el correspondiente coraje para rectificar o matizar planteamientos o datos incorrectos y autorizar la publicación de réplicas puntuales o comentarios críticos, siempre que estén convenientemente razonados y documentados.
En el número 12 de "Estaferia" (mayo de 2014), se incluye un reportaje sobre la tertulia literaria allerana: su fundación, finalidades, colaboradores, funcionamiento interno y actuaciones concretas en favor de la reanimación cultural del concejo. Pero en esa exposición se silencian datos relevantes, se sugieren explicaciones poco convincentes a propósito de la naturaleza del proyecto inicial o de experiencias compartidas, a la vez que se otorga un protagonismo indebido a personas que han desempeñado sólo una función secundaria o bien han colaborado únicamente de forma ocasional y discontinua en las actividades de la tertulia.
Por razones de muy difícil comprensión, en cambio, se deja prácticamente de lado, y como en penumbra, el hecho de que el fundador y promotor de la tertulia, así como su animador más activo e influyente, fue don Ricardo Luis Arias, de muy reconocido prestigio dentro y fuera de nuestra comarca. A él se deben también la iniciativa y el impulso para poner en marcha el Concurso de cuentos de Aller, de ámbito internacional y que ha mantenido una muy merecida reputación y notoriedad a lo largo de los años.
Si él –que es la persona más directamente afectada por los comentarios y las digresiones ambiguas del reportaje– no es autorizado a publicar en "Estaferia" la réplica razonada que está decidido a hacer, se estaría cometiendo una injusticia manifiesta. Habría que pensar entonces que detrás de esa negativa del consejo editorial se esconden motivaciones poco claras, intereses de inspiración dudosa o intenciones excluyentes que están muy poco en consonancia con el compromiso tan reiteradamente proclamado en la revista. Porque en este caso no se trata de pedir o exigir nada arbitrario o insólito. Es, sencillamente, la reclamación espontánea de un derecho que debe ser respetado.
En cualquier caso, y hasta que no haya una toma de posición clara y convincente por parte de los responsables de "Estaferia", entiendo que es preferible abstenerse de hacer valoraciones más explícitas, limitándome por el momento a dejar en suspenso cualquier posible colaboración personal con la revista.
Arcadio Alonso Fernández
Collanzo, Aller
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