Renfe nos estafa
Leo en LA NUEVA ESPAÑA de fecha 23-9-14 una carta con el título de "Trato indignante". Estoy asombrado, ya que Renfe es un servicio exquisito (ja, ja, ja) y para prueba mi caso. Somos un matrimonio septuagenario. El día 29-6-14, a las 18.42 horaas, imprimo dos billetes vía internet para el Alvia 04141 con salida de Madrid-Chamartín y con destino a Oviedo (plazas 05A y 05B); inmediatamente recibo un correo de mi banco en el que figura el cargo de la operación (¡coño!, sí que son eficaces para... el cobro). Pues bien, llegado el día 13-7-14 accedo al tren y para mi sorpresa los asientos están ocupados por otras dos personas con la misma numeración (el tren procedía, creo, de Alicante); es más, según me dijo uno de los ocupantes del asiento, ya habían tenido problemas, porque se había expendido otro billete con el mismo asiento entre Alicante y Madrid (creo que hasta Villajoyosa). Trato de ver al revisor (así se llamaban antes, aunque es posible que ahora se denominen "técnicos superiores de colocación de personas") y desde luego que él me habría encontrado mucho antes si yo hubiera subido sin billete, porque para poder hablar con él pasaron buenamente 25 o 30 minutos; le explico mi caso y muy amablemente se cerciora de que las personas que ocupan nuestras supuestas plazas están correctamente sentadas y, una vez verificado, se dirige a mí y me espeta: "Tranquilo, que quedan 5 minutos para Valladolid y allí se baja mucha gente", y para rematar la faena, como si de un espada se tratase, apostilla: "¡A ver si hay suerte y bajan más que suben!". Toma ya, ¿cómo te quedó el cuerpo? Pues bien, un pelín cabreadillo al llegar a Oviedo, pongo una reclamación (14-7-14) y hace 10 o 15 días, ante la tardanza en tener noticias, me dirijo a las dependencias de Renfe y les explico mi caso, respondiéndome que para este tipo de contingencias la demora es de unos seis meses, y muy atentamente se me dice que "en mi situación tengo suerte de haber podido realizar el viaje, pues en estos trenes no se puede viajar de pie y podrían haberme bajado en la primera estación y tener que esperar hasta otro tren con plaza". Como verán, sólo me falta darles las gracias por haberme tratado como a un paria. Por fin recibo la carta de Renfe-Viajeros (debe de ser el departamento de "desatención al cliente") y se me comunica, por supuesto, que lo sienten mucho y que sólo tendría derecho a la devolución del importe si hubiese hecho todo el trayecto de pie, pero que como sólo hice parte del mismo (la mitad)... ¡pues no! ¿Se imaginan ir a un establecimiento, adquirir un televisor, llegar a casa y encontrar la caja vacía y al ir a protestar le dijesen que no tiene derecho a la devolución del importe porque tenía el manual de instrucciones? Pues esto es lo que me ha pasado, que me vendieron un producto inexistente; yo compré un viaje para venir sentado con mi mujer, no para venir parte de pie, parte sentado. Concluyo, queridos peregrinos: nada de quejarse, que la culpa es de Santiago y mía por viajar de pie en el vagón-cafetería. Esto tiene un nombre: estafa. A vosotros y a mí nos han engañado y lo peor no es el dinero, que también, sino la indefensión; no me vale que lo sientan, lo que quiero es que cuando viaje... me sienten (que no es lo mismo). ¡Qué profesionalidad vender una plaza tres veces para el mismo viaje en el mismo día!
PD: ¿Y si tuviese algún problema físico que me impidiese estar de pie durante ese tiempo?
Mario Álvarez Torre
Oviedo
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