Teresa Romero, auxiliar de enfermería
¿Una profesión valorada? No. Trabajé doce años como auxiliar en residencias de ancianos del ERA en Asturias.
Para muchos, la auxiliar es la que cambia los pañales y limpia lo poco agradable; así lo escuché en alguna ocasión.
Ahora tenemos a Teresa –tan malita–, y no deseo más que se recupere y salga adelante.
La auxiliar es aquella persona que, en cuanto el anciano o el paciente abre los ojos, le da los buenos días, le asea, le viste, le da el desayuno, le ayuda si lo necesita y le acompaña todo el día. Pendiente de sus necesidades de todo tipo: pañales, posturas, etcétera. Es el profesional sanitario que más en contacto está con el paciente. No entro en el debate de cómo y por qué se pudo contagiar Teresa. Ella era la que, en ese momento, estaba más cercana al enfermo de ébola.
A la noche, cuando todos descansamos, la auxiliar está ahí; pendiente, vigilante.
Pido un poco de reconocimiento hacia una profesión tan poco reconocida. Mi admiración hacia los compañeros del ERA (Establecimientos Residenciales de Ancianos) y, en concreto, hacia los auxiliares de enfermería de todos los centros sanitarios. Mucho ánimo para vuestra labor, que se ve muy poco, pero que existe, que viví tan de cerca y en la que he visto mucho cariño en su desempeño.
Piedad García
Pola de Siero
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