Wittgenstein
Ciertamente, este pensador era un buscador de sentidos. Los temas éticos y metafísicos siempre estuvieron presentes en la mente de este genio del pensamiento y de la filosofía analítica. La superación del sufrimiento y la transformación de la personalidad era lo que más le importaba. Si bien su afán de conocimiento en diversos campos cognitivos lo convirtió en una mente especialmente brillante y aguda. Especialmente en el ámbito de la ingeniería, la lógica y la filosofía. Su participación en la I Guerra Mundial fue voluntaria y notablemente meritoria, porque además escribió su Tractatus Logico Philosophicus en el transcurso de la guerra, en el frente. El título en latín es el resultado del consejo de Moore para comparar su obra en cuanto al rigor expositivo, con el tratado teológico político de Spinoza, o por continuar la línea metodológica spinoziana. Las tesis y subtesis de este libro de Wittgenstein son numeradas rigurosamente y son la expresión más precisa de proposiciones lógicas acerca del lenguaje y la realidad. Se parte del mundo para alcanzar el lenguaje. Puesto que el mundo posee una imagen lógica para este filósofo. Es cierto que a la realidad mundana se accede a través del lenguaje que a su vez es la plasmación de una forma lógica. Además, la verdad y la falsedad depende de proposiciones elementales que conforman las oraciones complejas. Lo decible con el uso lógico del lenguaje no comprende todo lo expresable, ya que existen numerosas cuestiones que superan el marco estrictamente lógico en un sentido puramente formal.
De todos modos, es verdad que en el mostrar aparecen los problemas éticos y religiosos, ya que sobrepasan el simple decir demostrativo propio de la lógica formal. Porque las tablas de verdad aunque son binarias no expresan la verdad real sino la validez lógica.
Que una frase es una imagen de la realidad es una apropiada caracterización de la función del lenguaje. Las proposiciones figuran según Wittgenstein estados de cosas del mundo real o empírico.Existen muchos clases de lógica: modal, bivalente, trivalente, difusa, etc. Y no puede afirmarse como hacía Wittgenstein que las proposiciones o frases que no se centran en la realidad en una forma lógica e inequívoca no tienen sentido. Porque precisamente la lógica borrosa y la modal superan esta idea de sentido lógico sin matices. La metafísica que era criticada y rechazada por el autor de Investigaciones Filosóficas sí posee significación y sentido explicitable claro. Incluso las grandes preguntas éticas, religiosas y acerca del sentido de la vida y la muerte pueden ser contestadas de infinitas maneras, por los diversos sujetos pensantes. La inteligencia humana también es discursiva, especulativa e intuitiva, y supera semánticamente la extraordinaria sintaxis combinatoria de la lógica.
La lectura de Tolstoi y Schopenhauer impulsó un cierto tono místico y religioso en el pensamiento ético de Wittgenstein a lo largo de su existencia. Quiso purificarse moralmente y dedicarse a ayudar al prójimo, y también se dedicó a meditar sobre cuestiones éticas y religiosas. Consideraba que no era posible alcanzar un lenguaje ideal desde una perspectiva lógica perfecta. Lo que resalta también su faceta metafísica y mística.
La filosofía de Wittgenstein posee una profundidad y virtuosimo lógico indudable con sus tablas de verdad, y con la lógica formal que acertadamente propone. Los juegos de lenguaje son, efectivamente, una brillante intuición de este original pensador que puso las bases fundamentales de la moderna filosofía analítica del lenguaje. Pero no se debe caer en el logicismo, ya que la realidad posee numerosos aspectos que no son reductibles a análisis lógicos. De hecho, la misma filosofía de la mente que Wittgenstein cultivó en sus escritos está avanzando más por medio de la inteligencia artificial y la psicología cognitiva que, a través de simples consideraciones semánticas.
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