La Nueva España » Cartas de los lectores » Un país para volverse loco

Un país para volverse loco

23 de Octubre del 2014 - José Díaz Escalona (Pola de Laviana)

Me asomo a esa ventana que es la prensa, la radio y la TV: veo y escucho a personas desahuciándolas de sus casas porque han tenido la desgracia de quedarse sin trabajo, la mayor riqueza que tenían, porque el obrero lo único que tiene son sus manos, que a la vez son su salud; y si le falta su trabajo o su salud le queda la miseria.

Y veo estos políticos mediocres que no lo pueden ser más ni más malos, que cuando llegan las elecciones prometen y prometen como si fueran el hada madrina. Hasta pienso que se creen lo que prometen. Pero una vez arriba, se olvidan de esos que les han dado su confianza para llegar arriba, y hacen todo lo contrario de lo prometido.

Y estos miserables, porque no tienen otro nombre, huelen el sabor del dinero y se transforman en señoritos, viven en otra ronda, ya no se paran a mirar a los de abajo.

Y se olvidan de esos que un día los pusieron donde están; y tienen tanta soberbia que no les importa lo que le ocurra al pueblo, si pasa hambre, si no tiene trabajo o si no puede curarse la enfermedad que tiene, porque no llega el sueldo. Pero para ellos hay para ponerse un buen sueldo y los demás quieren que vivan con 400 euros, que a ellos no les dan ni para tabaco. Y si eso fuera poco se toman la libertad de hacerse un cuadro, sin escatimar en dinero, por el mejor pintor (no les vale una foto), para colgarlo en las Cortes para la posteridad, como si lo hubieran hecho bien. Ellos se ponen las medallas, no esperan a que se las dé el pueblo porque lo hayan hecho bien.

Y en cambio no hay dinero para los niños que tienen un problema de salud, o la ayuda que se les da en los comedores, en las escuelas, para que esos niños que tienen problemas en sus casas porque el padre se haya quedado sin trabajo, pueda tener en el colegio una comida decente... Qué vergüenza, no os miráis al espejo, y os avergonzáis, canallas.

A ancianos con poca pensión les cobráis los medicamentos, les subís la luz y el gas gracias a los Felipes, Aznares. Y por último Gallardón. Que entre todos han vendido el patrimonio, que era del pueblo, a multinacionales, para, una vez dejada la política, enchufarse, ellos y sus parientes, con grandes sueldos. Y lo han puesto en manos de especuladores, que ahora cada dos por tres nos suben la luz, el gas y demás, y muchos ancianos no pueden calentarse porque no les llega la pensión. Y todavía salen Rajoy y el Montoro diciendo que las pensiones no han bajado, caraduras... tenían que vivir ellos con la pensión que les dan a esos ancianos y, con la subida, a ver qué milagros iban a hacer... Pero ellos viven a otro nivel y les importa poco el pueblo, si come o no come, la luz la han subido un cuatrocientos por cien, ¡quién va a invertir aquí! y qué industria va a venir con esos precios, en un producto que es como el pan, de primera necesidad. Se han vuelto locos.

Ahora vamos con las comunidades, esos reinos de Taifas, o mejor dicho de ladrones, pues los presidentes de comunidad se chutaron, cogieron un colocón y creyeron ser pequeños faraones, hicieron obras innecesarias y cada ladrillo que pusieron era de oro por el precio entre comisiones y demás: todos querían chupar como a la abeja a la miel. Y así llegamos a tener aeropuertos sin aviones, bibliotecas inacabadas, ciudades de las artes cayéndose, calatravas de Oviedo desentonando en el paisaje y a la vez hundiendo empresas porque no les pagaban y dejando a cientos de padres de familia en la calle, ¡qué bonito!

Yo, cuando trabajaba y lo hacía mal, a mí me calentaban las orejas. Y estos señores, por decir algo, se van de rositas y aquí no pasó nada, cuando tenían que dar cuenta de su mala gestión.

Los catalanes piden la independencia y echan a los voceros a la calle. Perdónenme, los catalanes no, los políticos catalanes, que quieren embaucar al pueblo para su propio beneficio, porque yo conozco a los catalanes y son un pueblo solidario, muy trabajador y muy buena gente, sólo hay que observar en los tiempos de Franco cuántos andaluces, gallegos y de todas partes de España emigraron a Cataluña y fueron bien acogidos y hoy son todos unos.

Que sólo quieren que les dejen vivir, tener trabajo para criar a sus hijos y sus nietos y dejarles un mundo mejor que el que encontraron ellos.

Pero a estos políticos que tienen, tan mediocres, no les importa el pueblo, sólo les importa su propio beneficio... y al pueblo que le den castañas.

Basta mirar al honorable Pujol: treinta y pico años robando él y su prole, con el consentimiento de los demás políticos, que con tal de gobernar, lo consintieron, porque esto se sabía.

Este Pujol, cuántas vidas tendría pensado vivir, para robar tanto; y sus hijos con tantos coches, que yo tengo uno y me sobra la mitad, porque soy tan feo que nadie quiere montar conmigo. Y todavía va a las Cortes a pegar voces, como que no pasó nada.Y el señorito Felipe disfrazado en sus comienzos, con chaqueta de pana, a lo pobre, dice que no cree que haya robado y se queda tan fresco.

Y por si eso fuera poco, también dice que si España lo necesita se uniría al PP para salvar España. ¡No, hombre, para salvar España no! para defender vuestros privilegios. No queremos más salvadores como vosotros, id a salvar a otros, y dejad a España en paz.

Ahora se meten con el de Podemos, un chaval del pueblo y para el pueblo, exquisitamente preparado; que si es chavista o comunista, que si ve a implantar aquí el chavismo y no sé cuántas cosas más.

Qué miedo le tienen, y qué ruines son cuando dicen eso de él.

Este chaval ha llegado a la política con la misma juventud que llegaron ellos y los mismos ideales; pero ellos, cuando vieron el dinero, se olvidaron del pueblo y de los ideales y ahora son los nuevos ricos.

Este chaval tan majo ha venido, como un mesías, a levantar las alfombras y a ventilar la casa de podredumbre y corrupción que ya no aguantamos más y estamos a reventar de tanta basura como hay, y el pueblo está desesperado y sin ilusión porque se ve que la justicia la representa una dama con los ojos vendados y, según dicen, ciega.

Pero nunca en la historia de España estuvo la justicia tan ciega viendo tanta corrupción como hay y no hace nada por evitarla.

Podemos ha abierto las ventanas de par en par y ha traído aire fresco a la política, e ilusión. Yo era uno que llevaba años sin votar a esos delincuentes; pero para las próximas elecciones, estos señores me han devuelto la ilusión como en la transición y pienso ir a votarlos.

Y a los que están mandando yo les diría, como en el chiste de aquél al que le tocó la lotería y llegó a casa y le dijo a su mujer: “Cariño, prepara las maletas, que vamos de vacaciones”, y ella le pregunta: “Cariño, ¿qué ropa echo, la de invierno o la de verano?” y él le contesta: “Échala toda porque te vas con tu madre”.

Cartas

Número de cartas: 46070

Número de cartas en Octubre: 8

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador