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Los gatos callejeros también comen

13 de Agosto del 2009 - Sabino Álvarez Pazos (Mieres)

Nuestra fauna no se muere... nosotros la matamos: sin duda alguna, el ser humano es el depredador más sanguinario de la creación, no son solamente las guerras entre nuestra misma especie las que corroboran esta aseveración, sino que la matanza de animales indefensos que no nos han hecho daño alguno y a los que simplemente por el «placer» de matar llegaremos a exterminar de la faz de la tierra.

«Cuanto más indefensa está una criatura, más derecho tiene a que el hombre la proteja de la crueldad del hombre». «La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que son tratados sus animales». Mahatma Ghandi.

Éstas fueron sus palabras: sabias palabras de las que nosotros pasamos olímpicamente un día sí y otro también, consideramos una «fiesta nacional» el horrendo crimen cometido con los toros en un ruedo de arena para disfrute y negocio de gente que carece del sentimiento de piedad; las personas para las cuales sea necesario el derramamiento de sangre como diversión, a mi juicio, dejan mucho que desear en cuanto a buenos sentimientos se refiere.

En la actualidad se habla mucho de violencia de género, mala cosa, muy mala, pero ¿cómo llamaríamos a la violencia que se practica con los animales?, ¿como es posible que el crimen que se comete con los toros en los ruedos por los toreros y sus compinches no cese de una puñetera vez?, ¿por qué si está penado el maltrato animal el Gobierno (lo del Gobierno es un decir) no toma cartas en el asunto?, ¿miedo a las urnas?, ¿miedo a los/as capitalistas de las masacres taurinas? Quiero pensar que la Unión Europea un día (...) tome cartas en el asunto y «nuestra fiesta nacional» quede abolida para siempre jamás.

Pero no son sólo los toros con los que desahogamos nuestro instinto asesino, ni mucho menos, en el barrio San Pedro («nuestro» barrio) donde vivimos (en Mieres del Camino) también se envenenan gatos y se matan a patadas. Quien esto suscribe y su mujer (que ya peinamos canas hace muchos años), por facilitarles comida a estos inocentes e indefensos animales, un joven y «valiente» (señor) vecino de la calle paralela a la nuestra (nosotros vivimos en la calle la Rosa) nos ha insultado y amenazado diciéndonos que si continuábamos facilitándoles comida a los susodichos gatos sacaría la escopeta y mataría a los gatos y a todo lo que se moviera (...) Se nota que en educación y buenas maneras seguimos progresando; yo diría que como el cangrejo, más o menos.

¿Por qué esa fobia a estos animales que no hacen daño alguno? ¿Es que queremos ser exclusivos de la creación? Por favor, señoras y señores, si ocurre una vez más semejante situación les aseguro que nos veremos en los tribunales. Éstos darán la razón al que la tenga y pondrán las cosas en el sitio que a cada cual le corresponda.

De todas formas, he de decirles a estas «valientes personas» si no piensan en las generaciones (sus hijos y nietos, por poner un ejemplo) venideras, ya que si Dios no lo evita acabaremos con la fauna y posiblemente la supervivencia del ser humano se vea seriamente amenazada, ya que considero que sin la primera dudo mucho que la segunda pueda mantenerse.

Nada más, saludos cordiales para todas las personas de buena voluntad.

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