Hijos, sí; hijos no
En los últimos días se están escuchando tantos desatinos, tantos despropósitos relacionados con la maternidad y el mundo laboral que no se sabe a ciencia cierta cuál de ellos escandaliza más. Lo palpable es que a las mujeres de este siglo XXI aún les queda mucha lucha pendiente para conseguir la igualdad con el varón.
Por una parte está la presidente del Círculo de Empresarios españoles que dice, sin ambages ni rodeos, que las empresas no quieren a trabajadoras en edad fértil "porque luego se quedan embarazadas y crean un problema". Y por otro lado se informa a la opinión pública de las ventajas que dos gigantes tecnológicos, como son Facebook y Apple, que ofrecen a sus empleadas la posibilidad de que congelen sus óvulos.
Esto que parece un premio a retrasar la maternidad, por lo visto, es una forma de atraer a más mujeres a estas empresas, en las que el personal femenino no supera el 30% del total de sus plantillas. No obstante, estos líderes del progreso tecnológico permiten y toleran una diferencia en la retribución entre hombres y mujeres de más de un 30 por ciento, a favor de los primeros, por supuesto.
¿Avance o retroceso? ¿Un paso hacia una mayor libertad de las mujeres o una argucia para una superior explotación? La congelación de óvulos ha dado alas al debate sobre la compatibilidad, entre maternidad y desarrollo profesional de las mujeres. Lo que ahora ofrecen las dos empresas americanas, ha divulgado una práctica que ya realizan firmas punteras de menor renombre en EE UU.
En definitiva, que las opciones que les queda a las hembras es escoger entre no tener descendencia, apartarse del trabajo o ponerse a parir a los 50. Pero, sin embargo, a las cabezas pensantes empresariales, no se les ocurre posibilitar jornadas reducidas y flexibles a madres trabajadoras construyendo guarderías en sus instalaciones para así hacer más fácil la avenencia y conciliación entre la empresa y la familia.
Ya que si todas las mujeres renuncian o demoran la maternidad próxima a la edad de jubilación, a la llegada de sus bebés más que de madres puede hablarse de abuelas.
En resumidas cuentas, que el futuro de la especie parece que lo tiene pero que muy crudo. Echando mano del refrán, y con fundada razón, podrá decirse que a la vejez, viruelas.
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