In memoriam de Félix Rodríguez Hevia
–Morró Félix, el de Manuel de Julián.
–¡Ay, mante, nun pue ser!
La noticia corrió como un reguero de pólvora por la tarde del sábado en Felechosa. “El puilo ta espiacéu”, yera el comentario de los vecinos camín de la ermita. Sí, Félix, quedamos destrozaos.
La muerte te acechó sin tiempo a defenderte (a ti, que siempre fuiste un luchador) y tuvo que ser en uno de los momentos del tu pueblín y a los que tanto amabas.
Antes de escurecer, tres nubes negras posáronse enriba la ermita como enseñando sus crespones de dolor. También a la peña Pandos, a cuya falda te encontrabas, se ye escaparon unes llagrimines.
Aparte de buen y pausado paisano, la parroquia de El Pino nunca te olvidará ya que con nuestro amigo Pedro el de Víctor, nos hiciste desempolvar miles de fotos que dormían en álbumes, arcas y cajones. Con ellas y con un trabajo enorme, publicasteis dos libros inmensos: “Mujeres” y “Homes” que dejarán para la posteridad las fotos de nuestros güelos, padres, las nuestras propias y de cómo yera la vida en Felechosa, El Pino y La Pola.
Siempre tendré grabada en mi mente tu imagen paseando con Adrián –el mio rapaz, decías– con el to sombrero cubano y la to máquina de fotos colgá al piscuizu.
Te vas pa siempre, pero igualmente pa siempre estarás en el corazón y en el recuerdo de tos los que tuviemos la suerte de haberte conocido.
Descansa en paz, amigo.
Luis Tejón Fernández,
Oviedo
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