Reforma fiscal "trampa"
Por lo poco que sabemos del proyecto de reforma fiscal, hasta el momento en que estoy redactando este escrito de opinión, es que se encuentra en trámite parlamentario y que lo que más llama la atención y hasta chirría, por lo disparatado, en mi opinión, es lo referente a el cambio de tratamiento fiscal de las ganancias patrimoniales en la venta de inmuebles tras varios años de propiedad.
Según parece, y si sus señorías del Senado no consiguen frenar la intención del señor Montoro, lo que se pretende es suprimir los coeficientes de actualización del precio de compra de los bienes inmuebles. En mi opinión, disparate de tal calibre, hace pensar que este señor además de fastidiar a cuantos de ahora en adelante pretendan vender un piso, un local, casa o cualquier otro inmueble; se van a encontrar con que por efecto de la inflación habida en los últimos años, la diferencia entre el valor de adquisición o compra y el de enajenación o venta, va a ser muy considerable dependiendo de los años transcurrido entre una y otra fecha, lo que hará que se vean obligados a someter a impuesto como ganancia patrimonial toda la diferencia que representa el restar al precio de venta el de compra pero sin actualizarlo, disparándose con ello de manera alocada, la cuota resultante a pagar a Hacienda en comparación con lo que resultaba con la actual normativa. Lo que en la práctica representa someter a impuesto una supuesta ganancia, en parte ficticia o no existente.
Estos señores, yo no sé si es que se sienten incómodos gobernando y buscan que los ciudadanos los releven pronto de sus obligaciones gubernamentales, o qué es lo que les pasa, pero hacen y pretenden hacer cosas que creo no las deben entender ni ellos mismos. Ya no les basta con no tener en cuenta cada año la inflación a la hora de confeccionar la tarifa del impuesto, deflactando tablas, conforme al IPC correspondiente a cada año, sino que ahora, pretenden acabar de darnos el estacazo suprimiendo también los coeficientes de actualización del precio de compra de las viviendas, lo que supondrá que el único beneficiado en ese tipo de transacciones, sea el fisco.
Con el fraude tan descomunal como se dice que existe en nuestro país, no se puede entender que se pretenda hacer una reforma fiscal para acabar de fastidiar a quienes honradamente cada primavera se confiesan con el Padre Hacienda y pasan religiosamente por caja, mientras ven: que tanto listo, chulo y trilero de guante blanco, se escaquea año tras año de sus obligaciones fiscales, sin que el Fisco parezca enterarse de lo que pasa en su país. Menos mal que el señor ministro del ramo es experto en temas fiscales, si no, no sé que nos acabarían haciendo.
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