La inconclusa senda del Nora
El pasado 28 de julio, el actual titular de la Alcaldía de Oviedo, señor Caunedo, con el acostumbrado séquito para estos actos, se acercó a La Corredoria con la misión de inaugurar y poner en servicio el paseo medioambiental del río Nora, un nuevo tramo que recorre las márgenes de este cauce fluvial salvado con tres artísticos puentes y que, partiendo de la entrada de la actual senda que discurre a horcajadas entre los concejos de Oviedo y Siero, desemboca en la proximidad de los nuevos huertos urbanos, para continuar posteriormente hacia la urbanización de La Monxina. El día 29 de julio, LA NUEVA ESPAÑA recogía este acto bajo el epígrafe "La Corredoria pasea sobre el Nora", subtitulado con "El barrio estrena una nueva ruta fluvial de 1,7 kilómetros, un proyecto que incluye la construcción de 72 huertos urbanos" (sic). Por supuesto, la noticia venía acompañada de la consiguiente fotografía del Alcalde paseando por la senda.
Pues bien, pasados tres meses, y cuando los huertos urbanos ya están siendo explotados por sus adjudicatarios, la senda aún está inconclusa. Un tramo final de unos 100 metros, con salida a la zona de los citados huertos, presenta un estado deplorable, prácticamente intransitable y realmente peligrosa, lo que hace desistir a muchos usuarios de utilizar esta senda debido a las dificultades de acceder a la misma desde este lugar, o tener que dar la vuelta al llegar a esta zona cuando han accedido a la misma desde la otra entrada. Durante unas semanas, posteriores a la fingida inauguración, se mantuvieron unos avisos de prohibición del paso por obras, incluidas unas cintas disuasorias para evitar que se circulase por ese tramo; pero, pasado ese tiempo, se retiraron tanto los avisos como las cintas sin haber realizado ningún tipo de obra. No es de recibo que una obra financiada con fondos comunitarios dentro del "plan Urban", con un presupuesto de 800.000 euros, haya quedado en ese estado. Las preguntas que surgen son muy sencillas: ¿quién ha sido el responsable de supervisar esto? ¿Quién tiene que dar el visto bueno a la obra? ¿Cómo se puede justificar que no se haya concluido? ¿Acaso se ha dejado la finalización para una segunda inauguración, como parte de un paquete, antes de las elecciones municipales previstas para mayo de 2015? Me gustaría conocer las respuestas, aunque, me temo, será misión imposible.
Dar por terminada una obra como esta ampliación de la senda, que, por tanto anunciada, era largamente esperada por todas las personas que suelen pasear por la zona, sin haber sido concluida, sólo con el dizque objetivo de hacerse la foto de rigor, no es honesto y, además, es una mofa para los potenciales usuarios de este equipamiento urbano; claro que los políticos, con su particular facundia, de lo primero saben muy poco y de lo segundo están sobrados.
No es que sea una novedad denunciar situaciones como la que se refleja en este escrito, dado que existen muchas similares, pero, de momento, la manifestación pública parece ser el mecanismo más eficaz para que los responsables las tomen en consideración y, en consecuencia, actúen. Sería deseable que, para satisfacción de muchos, en este caso, así se cumpla.
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