El precio de la poltrona
José Luis Borges afirmaba que La derrota tiene una dignidad que la victoria no reconoce, una buena manera de expresarnos como nos sentimos la gran mayoría de los militantes del Partido Popular tras el lamentable espectáculo que sufrimos el pasado 18 de Octubre en un Congreso que fue de todo menos Democrático.
Un lugar sin capacidad suficiente para acoger a múltiples afiliados inscritos para votar, una mesa predispuesta la cual fue votada antes de que los militantes estuvieran en la sala y que estaba compuesta casualmente por miembros de la candidatura del aparato, acreditaciones para amigos y familiares, vejaciones por parte de miembros del Comité Organizador y un sinfín de irregularidades que sucedieron a lo largo de toda la mañana en la Escuela de Hostelería de Gijón.
Un congreso defendido por la cúpula con adjetivos como limpio y transparente, pero donde su Presidenta entro por la puerta de atrás por miedo a abucheos y críticas de los militantes. Sentimientos de indignación, impotencia y rabia entre sus asistentes al ver que sus derechos eran ninguneados en un Congreso donde brilló el oportunismo, la sumisión a cualquier precio, las trampas y el quítate tú que me ya me pongo yo.
Un acto que podía haber servido de unión y lucha por conseguir una cohesión entre distintos sectores se convirtió en la ruptura total del Partido, provocando un daño irreparable y la perdida de la ilusión, una ida sin retorno .Si este es el precio de los que se consideran ganadores, orgullosa de no haber sido afín a la victoria.
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