La radiante voz de un Rey
La frase pronunciada por su Majestad Felipe VI en Boal con motivo del reconocimiento como "Pueblo ejemplar" de Asturias “para una sociedad lo peor no son los fracasos, sino que no haya iniciativas o nuevos proyectos que hagan soñar” es una idea formidable para construir la historia de la Humanidad.
Las grandes dificultades nos llevan siempre a ofrecer lo mejor de nosotros mismos; el empeño con que realizamos una tarea puede implicar ciertos imprevistos que nos hacen temer lo peor. Cuántas veces la incertidumbre nos invade, pues no sabemos si el propósito inicial llegará a buen puerto. Y si cometemos un error, nos entristeceremos hasta el punto de pensar que hemos fracasado. Pero en una reflexión profunda y serena, haciendo un repaso a nuestro trabajo, nos acordamos de que en un momento tuvimos que elegir uno de entre los múltiples caminos que ofrece la vida; entonces, tomábamos una determinación responsable y concienzuda, acorde a nuestro espíritu y dentro de unos términos lógicos.
Es cuando nos viene a la mente que no hay mayor fracaso que no intentar nada, que pasarse la vida entera con una actitud cómoda, transigiendo con los sinsabores de siempre sin buscar un rumbo nuevo. ¿Por qué ocurre esto? Porque atenaza ese miedo a aprobarse a sí mismo, a ver hasta dónde puede llegar nuestra inteligencia, valor y perseverancia, aun por muchas piedras que hagan duro el caminar. Y es que el miedo es el mayor enemigo de la acción.
Por eso hay que volcarse con los más preciados afanes que habitan en nuestro ser, sin esos fantasmas recurrentes del ridículo que crea una sociedad desentrañada, que cree en lo ficticio en vez de en lo esencial. Seamos fieles a aquella ilusión que la primera vez que se asomó a nuestra vida fue en nuestra cuna.
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