Ciudadanos: Podemos con ellos
Esto es como la amiga incondicional del recién divorciado de las películas americanas, que ha estado ahí en los momentos duros cuidando de sus nenes y preparándole bizcochos, cuando ve impotente cómo se lo arrebata la recién llegada sin clase y sin remilgos, descaradamente fresca y joven.
Ya figuraba en el panorama político nacional savia nueva sin vergüenzas que ocultar como UPyD o Ciudadanos, y resulta que llega el profesor indignado de las tertulias y se liga al público sin recato, por sus arengas populistas tan infladas que él mismo lo ha reconocido cuando se ha visto metido en plena pedida de mano, o sea, a ver qué promete en su programa electoral, que luego no cumplimos ninguno.
Yo me alegro, y no me da ningún miedo probar a descabezar a los cuatro ases de la baraja. O cinco.
Lo único es que prefiero a Ciudadanos o a UPyD para el menú del día. Lo primero que me aleja de Podemos es su blandengue ambigüedad para no condenar el terrorismo tras ser pillado el profe con el carrito de los helados en el entorno de ETA: Daba una conferencia, dice.
Otro detalle que me produce un “je ne sais quoi” sobre la formación política de moda es que insinúan constantemente sin sonrojarse que no hay vida inteligente fuera de Podemos, de lo creído que se lo tienen que gobernarán la nave. Pero la nave va. Y solita. No hay más que ver la pila de años que lleva a la deriva la nave mareando la perdiz, que aunque mareada ha ido engordando escandalosamente sin llegar a ser cocinada.
Y noto el odio en algunas miradas. Y el odio es peligroso. No me gusta nada la gente que mira con odio ni que habla de “limpiezas”, me recuerda a los nazis. Y los recuerdos aún están permitidos en mi país libre. Todavía.
A los votantes liberales, moderados, demócratas y decentes, aunque no hayamos llegado vírgenes al matrimonio, ya no nos queda más que rezar al cielo para que se aparezca al electorado Nuestra Señora de Caracas, si es que existe, para dar fe de que los cantos de sirena son eso, embriagadores. Como el opio del pueblo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo