A un hombre bueno, Rufino Galguera
Querido Rufino, terminamos de enterarnos de tu muerte. Qué dolor sentimos por tu marcha y por no estar contigo en tu último viaje. Con cuánto afecto y admiración recordamos tu entrega a la Asociación La Dársena de Llanes.
Tu saber estar siempre hacía agradable acercarse a esa oficina, cuándo a saludar, cuándo a preguntar, porque uno sabía que detrás estaría una sonrisa o una respuesta ponderada y serena.
Y en los viajes sentíamos una protección que hacía que fuésemos relajados, como unos niños con sus padres.
Esos asientos, ahora vacíos en la oficina o en el autobús, ten seguro que a todos nos devolverán tu imagen y sentiremos que allí siguen tu sonrisa y tu acogimiento. Te agradecemos tu entrega a los demás. Esa labor que es tan fácil que pase desapercibida y poco reconocida porque parece, a veces, que sea obligación y no devoción.
Mil gracias, Rufino, hombre bueno y servicial, y recibe en estas palabras, estamos seguro de ello, el sentir de muchas personas y el homenaje más sincero a una labor buena y de entrega a los demás. Descansa en paz.
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